No seas empleodependiente

PosicionHoy quiero contarte dos historias que creo que transmiten muy bien que si queremos primero sobrevivir y después progresar debemos acostumbrarnos a pensar como profesionales autosuficientes.

Primera historia

Hace unas semanas, una amiga me propuso participar en un curso de una escuela de verano de una importante universidad para hablar de las dificultades de los emprendedores y autónomos. Ni la fecha ni el lugar me venían bien pero, al tratarse de una amiga, ajusté mi agenda y acepté a la espera de que me explicase las condiciones. Por hacerlo más fácil, dejé que me hicieran ellos la propuesta.

Unos días después recibí un mensaje de la universidad y luego otro pidiéndome la confirmación de mi asistencia. Les llamé para decirles que antes quería aclarar, al menos, cuanto tenían pensado pagar a los ponentes. Hubo un silencio incómodo y me dijo que la universidad no pagaba nada y que, en todo caso, lo harían los patrocinadores. Se lo comenté a mi amiga y aunque me consta que hizo lo posible para que hubiese alguna compensación a los participantes, me dijo que nadie pensaba pagar un duro.

Si cuento esto no es como denuncia porque no me gusta utilizar mis redes para quejarme por cosas particulares. Esto no llega ni a la categoría de anécdota. De hecho este evento era un marrón y me he quitado un peso de encima. Ni siquiera lo cuento como un ejemplo más de esa costumbre de considerar que el trabajo de muchos profesionales debe ser gratis (#logratismata).


Lo grave de este asunto es que los patrocinadores eran una asociación profesional y una organización que se supone ¡que defiende los derechos de los trabajadores autónomos!. Supongo que considerando perfectamente normal que un autónomo trabaje gratis es como defienden a quienes trabajamos por nuestra cuenta.

No me cabe ninguna duda que quienes gestionan esas organizaciones se llevan un buen sueldo por ello, pero creo que ya son demasiados los ejemplos de que quienes se supone que nos representan dicen una cosa (y se la aplican a sí mismos) y hacen la contraria.

Segunda historia

Hace unos días Juan Rosell dijo que «el trabajo fijo y seguro es un concepto del siglo XIX«. Eso levantó una gran polémica y mucha gente se le tiró al cuello. Sin embargo, eso es algo que gente como Raimon Samsó o yo mismo llevamos diciendo desde hace años. No digo que tenga que gustar o no gustar esa idea, lo que tratamos de transmitir es que las cosas van por ahí, nos guste o no.

Siempre he pensado que las asociaciones como las que dirige este señor no representan a los auténticos empresarios, los que se levantan a las 6:00 a levantar la persiana de su negocio, los que se juegan sus pocos bienes para mantener un puñado de empleos, los que no duermen cada noche porque las grandes organizaciones y gobiernos (de todo tipo) les están ahogando. Estos chupópteros de la gestión de asociaciones, igual que los sindicatos o los diferentes gobiernos sólo se preocupan de salvar su culo a costa de quienes dicen que representan.

Lo que está claro es que pensar que el trabajo fijo sigue existiendo es algo absurdo y peligroso porque nos genera decepción y nos paraliza. Creo que ser empleodependiente es tan peligroso como cualquier otra adicción porque te convierte en alguien que basa su vida de las decisiones de otros y eso te quita muchos grados de libertad. Y no me digas que eso de buscarse la vida no va contigo porque es como cuando un yonqui te dice que no puede dejarlo. Lo importante de las declaraciones de Rosell es que, por fin, empezamos a hablar sin gilipolleces.

Vale, aceptamos algo que es evidente, que no podemos esperar no ya jubilarnos en una empresa sino ni siquiera mantener un empleo más de un puñado de años o meses. Pero entonces acabemos con la cantinela de «es que la gente ya no se compromete«, «es que los jóvenes han perdido los valores» y toda esa mierda que nos han echado a la cara cuando no hemos ido mucho más allá de lo razonable en una organización. El compromiso es algo que va en dos direcciones y si una de ellas dice que eso es decimonónico, pues perfecto. Ya sabemos a qué jugar. Está genial que dejen de hablar de amor cuando quieren decir sexo.

Hay una frase que lo resume muy bien:

No trates como prioridad a quien te trata como opción

Creo que estas dos historias reflejan bien como está la situación. Y aunque parezcan historias negativas creo que hay que pensar justo al revés. Es hora de entender que dependemos de nosotros mismos y de otros como nosotros. No estoy hablando de que cada uno se busque la vida a costa de los demás sino de que no dependamos de organizaciones, instituciones o asociaciones que sólo piensan en vivir del cuento.

Hay otra cita que dice que:

Nacemos solos, desnudos, llorando y ensangrentados… y a partir de ahí la cosa empeora.

Sin embargo, creo que si entendemos que las cosas han cambiado y no nos aferramos a situaciones que ya no existen aumentará nuestra libertad e independencia. Si sabemos gestionar nuestra Marca Personal podremos situarnos en igualdad (o casi) de condiciones que las grandes organizaciones. Tenemos la gran suerte de disponer de los medios, recursos, ideas y sobre todo colegas con los que colaborar.

Ya lo decía hace años en mi libro Expertología.

ExpertologiaAutoayuda





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