Por qué escribo este post un día de fiesta

CualidadesHoy es martes y son las 6:30 de la mañana, así que toca escribir post en el blog. Da lo mismo que me apetezca o no, que se me haya ocurrido una idea interesante o no. Hoy hay que publicar en el blog, como cada martes y cada viernes y punto.

Vivimos, desgraciadamente creo yo, en un mundo en el que parece que sólo tienes que hacer lo que te apetece. Incluso los gurús de la autoayuda insisten en que elimines de tu vida todo lo que empiece con «Tengo que» o «Debo hacer» y que sólo dejes los «Quiero hacer».

También te aconsejan que elimines de tu entorno a todas aquellas personas que pueden alterar tu vida y a las que denominan tóxicas y no se dan cuenta que una de las características de las personas tóxicas es ver sólo lo negativo de los demás.

La publicidad te anima a que compres lo que te apetezca porque «te lo mereces», «porque tu lo vales». Y así con todo. Y así nos va.

TelomerecesNos bombardean con casos de gente que ha triunfado, pero cada vez más se trata de ejemplos de personas que, aparentemente, han conseguido el ¿éxito? de la noche a la mañana. YouTubers, creadores de aplicaciones millonarias, cantantes de programas de talento, famosillos de reality…

Pero ya casi no se habla (o se oculta esa parte) de quienes han conseguido sus objetivos, más o menos grandes a base de disciplina, desarrollo de hábitos positivos (no basta con actitud positiva), insistencia, incluso cabezonería, persistencia, paciencia y trabajo.

Creo, y lo veo cada vez que imparto una clase o un taller a un grupo de personas, especialmente las más jóvenes, que se ha eliminado de cuajo el módulo de disciplina en su sistema operativo. Incluso parece que hay quien se avergüenza de utilizar términos relacionados con este asunto y se dedica a inventar otros como resiliencia o procrastinación.


Pues aunque me acusen de retrógrado, creo que hay que recuperar cualidades como la disciplina, la rutina o la persistencia razonable. Quizás no seas el más listo, ni quien tenga más recursos, ni los mejores contactos, ni dispongas de la tecnología o los medios apropiados. Pero nunca, nunca, te podrán quitar tu libertad para hacer lo que tienes que hacer. Y quienes se empeñen en convencerte de que sólo hagas lo que te guste, lo que te apasiona o lo que implique el mínimo esfuerzo te están engañando quizás por su propio interés. Es más fácil manejar a una sociedad que ha perdido la capacidad de hacer lo correcto aunque no apetezca.

Los que dejan huella son aquellos que se empeñan en ir en contra de lo comúnmente aceptado. Si simplemente te vas a dejar llevar, no vas a dejar Marca Personal de ningún tipo, sino que vas a llevar la que otros te pongan. Cuando dejas de hacer tu «trabajo» o de cumplir con tu papel en la vida estás delegando tu responsabilidad en otros, y por lo tanto estás cediendo parcelas de tu libertad y te vuelves cada día más dependiente.

La mayor rebeldía que puedes practicar hoy es la de hacer lo que no se espera de ti. Y hoy casi nadie espera que hagas algo que no te apetece. Así que ya sabes. No puedes quejarte todo el día del «sistema» y al mismo tiempo esperar que ese «sistema» te solucione los problemas porque en su momento no hiciste lo que no te apetecía. Si has perdido la capacidad de hacer cosas que debes hacer pero que te incomodan, entonces ya te has colocado en el lado de los que sólo pueden esperar que «el universo conspire para que se cumplan tus sueños» simplemente porque lo deseas con mucha fuerza. Despierta, esto no es una película de Frank Capra.

Como ocurre con casi todo lo que merece la pena, el mayor enemigo es la persona a la que ves en el espejo. Tu eres el único que va a encontrar excusas para no dejar el móvil y leer ese libro que TIENES que leer para aprobar esa asignatura. Nadie más que tú va a sacarte de casa para hacer algo de deporte este día de lluvia y frío. No siempre vas a tener a tu madre detrás diciéndote cosas bonitas para levantar ese ánimo y arreglarte un poco.

Así que, ya está bien eso de apostarlo todo a la actitud. He conocido a mucha, muchísima gente especialmente durante estos años y aquellos a los que les va mejor son quienes han sacado las cosas A PESAR DE su actitud. Se han empeñado en hacer lo adecuado y necesario en cada momento aunque no les apeteciese hacerlo, pero TENÍAN que hacerlo. Y ¿sabes lo que pasa cuando eres disciplinado y haces lo que hay que hacer? Pues que entonces, y sólo entonces, tu actitud, que es muy cabrona, se pone a cien.

Y ahora, a por lo que queda del día.





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