¿Cuál es tu segunda o tercera profesión?

Ya he contado aquí varias veces lo que me gustan los documentales de ingeniería que ponen en algunos canales temáticos.

En todos ellos hay ideas útiles para cualquier cosa. Disfruto especialmente con los programas en los que hablan de problemas o errores y cuales han sido los pasos que han tenido que dar para resolverlos… si es que han podido.

Aunque estén hablando de túneles o rascacielos, creo que muchas cosas son extrapolables y utilizables por un emprendedor o un profesional en transición.

Uno de esos programas que más me está gustando es uno llamado Grandes fracasos de la ingeniería en el que explican de forma muy amena algunas meteduras de pata que cuestan millones de Euros.

Eso ya te enseña una lección. Te está diciendo que mientras tu te estás paralizando porque te preocupa que se metan contigo al escribir un blog o equivocarte al hablar de algo relacionado con tu trabajo, hay quienes han generado muchos problemas y, aún así, les siguen contratando y pagando millones. Así que, al ver estos programas, se te quitan algunos complejos.

Pero hay un detalle que me gusta mucho en esta serie de documentales y que casi pasa inadvertido pero me ha parecido curioso e interesante.

Resulta que cuando envían algún corresponsal a investigar alguno de esos desastres, ponen su nombre, su profesión y algo así como una profesión alternativa que está más relacionada con una afición o algo que les gusta.

Cada vez que veo estas profesiones B o C, pienso que todos deberíamos hacer algo parecido. A la hora de presentarnos sería interesante decir a qué nos dedicamos pero también cual es nuestra actividad favorita fuera de lo puramente profesional… o no.

Creo que tenemos claro que no sólo vamos a cambiar de empleo varias o muchas veces a lo largo de nuestra vida sino que también vamos a cambiar de profesión. Así qué ¿no sería interesante ir dando pistas de lo que nos atrae mientras estamos haciendo otra cosa o realizando un «trabajo alimenticio»?

Hay una idea que me gusta mucho y que suelo utilizar cuando hablo de los objetivos de una Marca Personal. Es aquello de convertir tu pasión en tu profesión.

Admito que hay mucha tontería con esto de la pasión y con eso de «perseguir tus sueños» porque bastante tienes con poder pagar las facturas haciendo lo que haces. Pero también creo que las cosas están cambiando y que, aunque lo que hagas sea muy minoritario o con muy poca demanda en el sitio donde vives, hoy puedes llegar a todo el mundo. Vamos que puedes tener un nicho muy estrecho pero muy, muy largo.

Así que, mientras estás trabajando en algo que no te entusiasma o precisamente por eso, debes ir construyendo tu camino alternativo basado en lo que te interesa. Puedes tardar años en «cambiarte de carril» pero lo importante es que lo tengas preparado cuando lo necesites.

Por eso siempre digo a mis alumnos que su estrategia de Branding Personal debe estar enfocada en lo que quieren hacer, no en su trabajo, estudios o profesión actual, salvo que esta sea la que les gusta.

Por eso les insisto en que deben empezar a generar contenidos sobre lo que les gusta y a divulgarlos desde hoy mismo, deben construir su red de contactos o prepararse poco a poco y por su cuenta aprendiendo todo lo que puedan. Para que el día que necesiten dar el salto (¿mortal?) ya esté todo listo o dicho de otra manera, para que este salto sea con red.

Hay otro detalle curioso e interesante en esta serie de documentales y que indica hasta qué punto están cambiando las cosas.

Me refiero a que estos reporteros que, como te digo, son bastante jóvenes y pizpiretos, se lo hacen todo ellos mismos.

Ellos llevan todo el equipo. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Utilizan cámaras de fotos que graban vídeo de alta calidad con micrófonos para recoger el audio y también usan cámaras tipo goPro para grabarse a sí mismos… mientras graban.

¿Qué implicaciones tiene esto? Pues una mala y una buena.

La mala es que hoy, cualquiera puede hacer lo que antes necesitaba a varias personas. Por lo tanto se pierden puestos de trabajo.

La buena es que con una inversión muchísimo menor de lo que supondría hacer un Master, por ejemplo, cualquiera puede tener un equipo más que suficiente para empezar a hacer cosas relacionadas con aquello a lo que te gustaría dedicarte y divulgarlas con una calidad que antes sólo estaba al alcance de unos pocos.

Como ves, basta con intentar ver más allá de lo que aparece en los documentales para identificar tendencias sobre lo que está ocurriendo y, especialmente, sobre lo que podemos hacer.





Compartir esta publicacion