¿Dónde está la pasta?

Ya está. Ya he cumplido con mi tarea de verano y he escrito mi nuevo libro. Ya habrá tiempo para hablar de él porque ahora viene un proceso de varios meses de revisión, preparación, lanzamiento,…

Pero una vez más, una de las mejores cosas que suceden al escribir un libro, es lo que aprendes por el camino. Y este, quizás es del que más he aprendido. Puedo adelantarte que lo que cuento es algo así como, vale, ya tengo una Marca Personal, ¿y ahora qué?

Lo cierto es que, a medida que lo estaba escribiendo, me estaba viendo obligando a revisar las razones por las que empecé con todo esto de la Marca Personal. Y mi motivación era y sigue siendo muy sencilla, aumentar tu valor y tus opciones, es decir, tus grados de libertad.

Lo he dicho siempre, más allá de cuestiones más o menos superficiales, dejar una huella, ser conocido y reconocido como una persona, un profesional valioso, te proporciona un margen de maniobra mucho mayor que si te consideran uno más, alguien sustituible y poco relevante. Y eso está muy bien, pero ahí falta una variable importante en la ecuación. Me refiero a algo que siempre genera polémica, La Pasta, El Dinero, El maldito parné.

Porque, lo queramos o no, por muy místicos que nos pongamos y por mucho que nos repitamos que el dinero no da la felicidad y todas esas cosas, lo cierto es que hoy es muy difícil ser libre si siempre andas con el agua al cuello.

Desgraciadamente nos vemos obligados a hacer cosas que no queremos por una sencilla razón, porque no nos queda otra. Y cada día la cosa se pone peor.

Si quieres viajar en avión y no puedes pagar un billete «normal», tendrás que tragar con lo que te diga Ryanair. Si tienes que pagar facturas, tendrás que trabajar muchas más horas de las que dice tu contrato. Si quieres que te traten como una persona y no como una mercancía, una estadística o un número de cliente, tendrás que pagar un precio económico.

Y la Marca Personal llega hasta donde llega. Consigue aumentar las posibilidades de que te perciban como esa persona a la que hay que elegir, a la que hay que tener en cuenta, a la que hay que valorar. Pero, a partir de ese momento tienes que hacer algo para convertir esa posibilidad, ese potencial, en algo tangible, contante y sonante.


Este verano he reflexionado mucho, especialmente en mis paseos playeros al amanecer, sobre la creación de algo valioso que podamos entregar a cambio de dinero. Llámalo producto, servicio, oferta, propuesta de valor, o como te dé la gana, pero está claro que, o eres capaz de proporcionar algo por lo que merezca la pena pagarte, o tu Marca Personal se va a quedar en un puro ejercicio teórico o egocéntrico.

Creo que cuando se habla de Branding Personal, esta parte de PRODUCTO, se suele pasar rápidamente, casi como una nota a pie de página.

Es cierto que los objetivos, la visión y los valores son fundamentales. Está claro que hay que gestionar las creencias. Claro que tenemos que generar confianza y encontrar el modo de diferenciarnos. Todos estamos de acuerdo en que hay que darse a conocer por canales reales o virtuales. Pero por muy bien preparadito que tengas todo eso, y muchas más cosas, te vas a quedar a dos velas si no tienes nada que ofrecer y, algo más importante, si no encuentras a nadie que te pague por ello.

Este «curso» voy a dedicar muchas horas y muchos posts a hablar sobre todo esto. Si eres de los que piensas que el dinero no es importante, mejor no te pases mucho por aquí. Por cierto, nada de esto va sobre hacerte millonario en dos semanas o poder dejar de trabajar antes de los 30. Para vender la moto ya hay otros.

Quiero hablarte de comprar tu libertad, que es justo lo que me motivó a empezar con el Branding Personal. Quiero compartir contigo las cosas que voy descubriendo sobre como conseguir que te conozcan y reconozcan (Marca Personal) pero también que te paguen, te remuneren, te compensen o te den «tu merecido» por ofrecer algo valioso y, más importante, por algo que te encante hacer.

Quiero explicarte que hay vías alternativas o, al menos complementarias al empleo para ganarse la vida en lugar de perderse la vida. Unas tienen que ver con Internet y otras no necesitan una conexión para nada. La idea es que si queremos ser más libres, autónomos y disfrutar de nuestro trabajo, debemos diversificar las fuentes de ingresos (o, incluso empezar a tener ingresos).

Una Marca Personal nos va a situar en una posición privilegiada para conseguir que alguien esté más predispuesto a pagarnos por lo que hacemos, pero luego hay más, muchas más cosas que hacer. De todo esto quiero hablarte en los próximos meses.





Compartir esta publicacion