Haz lo que tienes que hacer, YA

Una de las primeras cosas que me suceden en los primeros días del año es mi cumpleaños. Y ya van 52. Lo de las felicitaciones es algo que nunca me ha entusiasmado, pero en los últimos tiempos todavía menos. Por eso he eliminado todo rastro de ese dato en las Redes Sociales.

Pero quiero aprovechar este primer post del año para compartir algunas reflexiones personales sobre la necesidad de ACTUAR siempre y sin pensarlo demasiado.

Supongo que ya conoces la frase de Mark Twain que dice que

Dentro de veinte años lamentarás más las cosas que no hiciste que las que hiciste. Así que suelta amarras y abandona el Puerto seguro… Atrapa los vientos en tus velas… Explora… Sueña… Descubre.

No sé cuantas veces la habré leído, pero no he sido consciente de su importancia hasta hace unos pocos años. Quizás por eso me pongo tan vehemente cuando veo a la gente joven y a muchos que no lo son tanto en ese estado de parálisis que parece que nos domina.

Yo mismo suelo caer con en la tentación de dejar las cosas por hacer, pero cada día me duele más y me siento más culpable cuando me tiro una tarde cambiando de canales en la tele o viendo chorradas en el móvil.

Me tiro de los pelos cuando reviso mis estanterías llenas de libros o DVDs esperando encontrar un hueco para disfrutarlos.

Ya sé que esto suena a propósitos de año nuevo. Y seguro que tiene algo de eso, pero supongo que llega un momento en el que te das cuenta de que te quedan muchas cosas por hacer y el tiempo empieza a ser justito… y las energías ya no son las de antes… aunque mentalmente me quedé en los dieciséis.

Si quieres dejar huella, Marca Personal, debes empezar anteayer y aprovechar cada momento.

Pero sobre todo, como dice Twain, es ahora cuando te das cuenta de que nada de lo que hiciste, incluso lo más patético y arriesgado, ha tenido esas consecuencias tan terribles que suponías. Sin embargo, algunas locuras que te atreviste a poner en marcha, te han generado unos resultados emocionales o materiales que ni imaginabas.

Lo que está claro es que una vida con sentido es la suma de las personas que conociste, los libros que leíste, los paseos que disfrutaste o las veces que te tiraste a una piscina sin saber siquiera si había agua.

En este momento tengo una sensación doble. Por una parte hay algo de ansiedad por todo lo que tengo que hacer todavía. Por otra, me siento más vivo que nunca porque me entusiasma (paso de decir que me apasiona) todo lo que tengo que experimentar.

Una de las cosas buenas de cumplir años, al menos para mí, es que cada día te importa menos lo que piensen los demás sobre lo que hagas. Es el típico «mira, yo ya no tengo edad para aguantar chorradas». Y eso es genial.


Haz lo que debes

Así que, mi primera recomendación del año, es que hagas lo que debes. Vale, ya sé que tienes una vocecita que te dice que no sabes lo que debes hacer. Pero eso es mentira. Lo sabes de sobra. Así que no me vengas con chorradas.

Pasa de la pasión

Si a mi me preguntasen ahora (o en cualquier otro momento de mi vida) qué es lo que me apasiona, no sabría qué contestar. No es que sea un soso o que todo me de igual. Más bien al contrario, es que disfruto con casi todo.

Así que, mi consejo es que dejes de paralizarte porque no has encontrado lo que te APASIONA y empieces a hacer cosas que te llamen la atención, te interesen, te hagan sentir vivo o simplemente porque las tienes a mano. Se trata de acumular el mayor número de piezas diversas con las que puedas crear algo diferente.

Cuando empiezas a actuar ocurren dos cosas. Por un lado, se produce un efecto de fichas de dominó, y al iniciar el movimiento, todo se pone en marcha, incluso de formas no esperadas. Por otro lado, la mejor forma de descubrir lo que te gusta es ensayando, haciendo pruebas piloto y asumiendo riesgos controlados.

Aparca el COMO

Si hace quince años me hubiese puesto a pensar todo lo que debía hacer o las dificultades que me podría encontrar por montármelo por mi cuenta, hoy seguramente estaría divorciado, con una úlcera, sin una hija maravillosa y sin cinco libros publicados, entre muchas otras cosas. Quizás tendría un empleo que aborrecería y con la espada de Damocles del despido siempre sobre mi cabeza… y eso en el mejor de los casos.

Encuentra tu Porqué/Qué

Seguro que también conoces aquello de Viktor Frankl de «Quien tiene un ‘porqué’ para vivir, encontrará casi siempre el ‘cómo’». Hoy te puedo decir que es cierto al 100%. Incluso te diría que ese Por qué o ese Qué no hace falta que esté completamente definido o perfilado. Basta con que sea algo que adivines, una luz que te oriente.

Quizás me ha salido un post un poco blandito o personal. Pero como diría Cruise en Risky Business





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