Panorama, ¿Qué va a pasar ahora? Y yo qué sé

Ya estoy de vuelta de las «vacaciones» de Semana Santa. Aunque es bastante absurdo decir eso cuando ni siquiera has salido de casa. Pero como decía hace unos días, creo que mantener la rutina y las costumbres es necesario para no perder la cabeza.

Dicen que las etapas del duelo son algo así como Crisis, Negación, Enfado, Depresión, Aceptación y Aprendizaje. A estas alturas creo que ya estoy casi en la última aunque mantenga mucho de la de Enfado e Ira. Pero creo que estas ya me vienen de serie.

De todos modos, quiero expresar en este post algunas de las lecciones que estoy adquiriendo (aprendizaje). Me temo que no va a gustar demasiado a algunas personas, incluidos algunos amigos. Pero una de las lecciones de esto que nos está tocando vivir quizás sea que no puedes gestionar tu vida (literalmente) en función de las opiniones y decisiones de otros.

No adivines el futuro, créalo

Leo constantemente en dospuntocerolandia opiniones de todo tipo sobre como serán las cosas cuando esto acabe. Unos dicen que todo seguirá más o menos igual, otros que seremos mejores, otros que lo vamos a pasar fatal y otros que no será para tanto. Lo que yo creo es que nadie tiene ni idea y que todas esas opiniones sólo sirven para generar más ruido.

No sé como será el futuro, pero después de ver lo que está ocurriendo, tengo claro que voy a hacer lo posible por evitar que sean otros quienes decidan por mi.

Aunque siempre he pensado del mismo modo, es hora de aplicar al 100% la clásica frase atribuida a muchos autores «La mejor manera de predecir el futuro es construyéndolo». No pienso perder ni un segundo de mi tiempo en leer a los profetas que surgen por todas partes. El futuro será el que sea, pero creo que cada uno debe hacer lo posible para estar listo sean cuales sean las circunstancias.

Estamos (casi) solos

Hace poco decía en un tuit algo que leí hace tiempo, «Dicen que nacemos solos, llorando, desnudos y ensangrentados y a partir de ahí la cosa empeora«. En Expertología empezaba diciendo algo así como que «Este es un libro de autoayuda porque o te ayudas tú o no te ayuda ni Dios«. Creo que por ahí van a ir los tiros.

Sé que esto no va a gustar a mis amigos más «sociales», y tampoco a aquellos que ponen por encima lo colectivo frente a lo individual, pero estamos viendo que cuando pones tu existencia a cargo de quienes no saben ni gestionar lo más básico, te estás jugando tu vida y la de los tuyos. Cuando ves que gente a la que consideras sensata defiende seguir adelante hacia el desastre porque lo hacen «los suyos» como si siguiesen a Jim Jones, entonces es el momento de replantearte algunas cosas.

Hemos aceptado con una normalidad que da miedo el que nos recluyan durante meses y que limiten nuestros movimientos, que se considere como aceptable la censura, que amenacen con desposeerte de lo que has tardado años en construir. Que te digan como debes hablar que es el primer paso para manipular tu forma de pensar. Y sobre lo que puede ocurrir después de esto, mejor ni hablamos.

Esta no es una opinión política sino de pura gestión. Si yo, como responsable de compras, hubiese cometido uno de los infinitos errores de quienes se supone que velan por nuestro bienestar, me habrían puesto en la calle en cuestión de segundos. Y eso que yo negociaba pistachos o azufre, no era responsable de la vida de la gente.


Hoy más que nunca debemos entender que dependemos de nosotros mismos, que quienes nos gobiernan no nos van a facilitar las cosas, más bien al contrario. Que cuando está en juego el bienestar, la salud o la seguridad de los nuestros y quienes toman las decisiones no están preparados para ello, o algo peor, se mueven por intereses ideológicos, es hora de aprender a sobrevivir por nosotros mismos. Dejan de ser una ayuda (si es que lo han sido en algún momento) y se convierten en una amenaza. En el futuro habrá que organizarlo todo para que sus decisiones tengan el menor efecto posible en tu vida y tu profesión.

Cuando digo que estamos solos me refiero a juntarse y colaborar con quienes puedes crear algo valioso pero sin imposiciones.

Elimina influencias

Si me sigues, sabes que tengo una relación amor-odio con las Redes Sociales. He estado tentado muchas veces de mandarlo todo a la mierda y quedarme únicamente con el blog.

Estos días he estado a punto de dar al botón «eliminar cuenta» unas cuantas veces. Cuando veo las tonterías que se dicen, incluso por parte de gente a la que aprecio, me pregunto qué sentido tiene seguir dedicando un solo segundo a todo eso.

Como te decía antes, creo que vamos a tener que luchar mucho y que nadie de los de «arriba» va a ayudar, más bien al contrario. Así que, más vale que hagamos acopio de todos los recursos disponibles, incluido el tiempo.

No tengo intención de entrar en debates «de salón» como antes de que nos cayese esto encima. Qué opinas que la Marca Personal no sirve para nada, pues vale, para ti la perra gorda. Que crees que se me está yendo la olla, pues ahí tienes la puerta. Que me amenazas con bloquearme, dejar de seguirme o cualquier otra chorrada (que nunca me ha preocupado) porque no soy políticamente correcto o correcto en política, pues que te vaya bonito.

Creo que, a partir de ahora, se va a valorar a aquellos que aporten algo. A quienes dejen claro cuales son sus límites y sus principios. Como te digo, creo que nos va a tocar luchar mucho solos o en compañía de otros y no vamos a poder perder ni tiempo ni recursos en gilipolleces.

Es hora de hacer piña con los que quieren salir adelante, con los que comparten valores y tratar de evitar a quienes se empeñen en poner palos en las ruedas, vengan de donde vengan.

Como te decía antes, si, sigo estando muy cabreado (enfado), pero hoy tengo claro lo que hay que hacer (aprendizaje). Y estoy motivado, muy motivado. Quizás esta situación es la patada en el culo que necesitaba para poner en marcha muchos proyectos congelados.

Y, una vez dicho esto, a centrarnos en lo importante.


Compartir esta publicacion