Valores, cuando sientes que debes hacer algo

Si lo de las fases del duelo se puede aplicar a esta situación, estos días estoy claramente en la de la ira, el mosqueo, el enfado. Pronto hará un mes de confinamiento y siento que nos están robando la vida, que las cosas se podrían haber hecho mucho mejor, que en pleno sXXI, la única solución a todo esto sea algo tan medieval como encerrarnos en casa. Y sobre lo que nos vamos a encontrar a la salida, mejor ni pensarlo.

Creo que lo de los Mercados Medievales no era una representación del pasado sino una preparación para el futuro.

Cuando hablo de valores, principios y prioridades, suelo decir que una forma de identificarlos es detectar cuando algo te hace sentir mal. Es algo así como la fiebre, un síntoma de que algo no funciona.

Cuando tienes que tomar una decisión, o ves una situación real o ficticia y algo se remueve dentro de ti, significa que está afectando a lo que tú consideras correcto. En el momento en que eso sucede, tienes dos opciones, haces algo o no lo haces.

No hacer nada, mirar para otro lado

Si decides no actuar, puede ser por otras dos razones. Una es que no lo consideres suficientemente importante como para sacrificar otra de tus prioridades. Por ejemplo, cuando ves que se produce una injusticia en tu empresa, pero prefieres callarte porque si dices algo, vas a tener problemas y eso va a afectar a una prioridad más importante como es el bienestar de tu familia.

La otra es que pongas precio a tus valores, o dicho de una forma más sencilla, que TE VENDAS. Es decir, que actúes en contra de lo que consideres correcto a cambio de dinero o de algún otro tipo de compensación. Aunque en ese caso, también podríamos pensar que en la escala de valores de esas personas que «se venden», el dinero, un cargo o un puñado de seguidores está a un nivel más alto que otro tipo de consideraciones. Estos días podemos percibir que hay mucho de esto.

Hacer algo

Si hay un momento en el que el concepto de Marca Personal tenga todo el sentido es en este que estamos viviendo. Es ahora cuando debemos entender que el Branding Personal no significa dedicarse a cuidar tu imagen o actuar para «quedar bien». Una Marca Personal no se tiene, SE DEJA, porque es una huella, una señal, un impacto que producimos en otras personas. Y eso implica actuar como corresponde, cuando corresponde y en función de lo que consideramos correcto, es decir, según nuestros valores.

Así que, hoy nos encontramos en una de esas situaciones en las que se junta el cabreo (indicador de que algo no encaja en tu sistema de creencias) y la posibilidad de hacer algo.

Llevado al mundo real, ¿debemos callarnos ante lo que consideramos que se está haciendo mal, o rematadamente mal para no «dañar» nuestra Marca Personal? ¿Debemos sacrificar un supuesto y absurdo prestigio basado en números en una red social para evitar caer mal o incluso perder oportunidades profesionales? ¿Tiene sentido sacrificar aquello que consideras importante para no perder «amigos» virtuales?

Hay momentos en los que ese silencio o inactividad no es a cambio de una compensación material sino social. «En estos momentos todos debemos empujar en la misma dirección», «hay que apoyar al líder (aunque te lleve al precipicio)», «voy a bloquear a todo el que no acepte lo que yo pienso».

Francamente, si tus principios tienen un coste tan bajo, tu Marca Personal no vale nada.


Si no actúas hoy, ¿qué vas a decir a tus hijos o nietos?

Estos días nos estamos jugando la vida de nuestros padres o abuelos y el futuro de nuestros hijos o nietos. ¿Hay algo más importante?

Puede ser que, en un mundo «normal», haya cosas que nos molesten, pero que las dejemos pasar. Pero hoy estamos cediendo nuestra salud, el resultado de nuestro trabajo durante años y, más importante, nuestra libertad. Dime qué puede haber más importante que eso.

No sé cuantas veces habrás visto la famosa escena del discurso de Braveheart y tú habrás asentido desde tu butaca. Pues bien, hoy no estamos en una película, aunque lo parezca, pero la situación no es muy distinta.

La libertad no es gratis

La cuestión es, si crees que hay algo que no encaja con lo que consideras correcto ¿vas a aceptarlo dócilmente para evitar problemas o vas a intentar cambiar la situación? o dicho de otra manera ¿qué vas a responder cuando dentro de unos meses o años alguien te pregunte qué hiciste mientras sentías que debías poner algo de tu parte, pero te limitaste a callar?

La libertad se pierde cuando empiezas a ceder en pequeñas cosas aparentemente sin importancia (te jode pero no mucho) hasta que un día te encuentras encerrado en casa, sin posibilidad de hacer tu trabajo, sin información fiable y sin la posibilidad de opinar libremente.

Espero que sí salimos de esta sin demasiado coste en cuanto a nuestra libertad, seamos más cuidadosos y menos frívolos a la hora de aceptar recortes en nuestra capacidad de decisión, aunque en principio nos parezcan cosas «menores».

Los Valores están incluidos en el Módulo de Propósito.

Hace un mes se querían penalizar los piropos. Hoy se habla de acabar con la propiedad privada. Empiezas callando con cuestiones que consideras «ajenas» y acabas perdiendo lo fundamental.

Como dicen los yankees, «freedom is not free», la libertad tiene un coste. Defender aquello que consideras justo e importante va a implicar un desgaste, incluso un disgusto, pero ¿Qué mierda de Marca Personal esperas dejar si no estás dispuesto a pagar ese precio?

El otro día, al comentarle mi estado de cabreo, me aconsejaba sabiamente Laura Ferrera que lo mejor es alejarse de las redes mientras dure el mosqueo. Curiosamente, en ese mundo preCOVIT19 que seguramente tardaremos mucho en volver a vivir, hoy desconectaría unos días de dospuntocerolandia porque empieza la Semana Santa. He dudado mucho si seguir como si estos días de descanso hubiesen desaparecido o como si hoy fuese un año normal. He optado por lo segundo. Así que, nos vemos en unos días… espero.





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