Mantenimiento. Tu proyecto profesional necesita ajustes

No suelo dar demasiada información privada en mis sitios de Internet. En parte porque creo que informar de «lo privado», todo lo relacionado con cuestiones muy personales, puede ser delicado o incluso peligroso. Y por otra parte porque normalmente no aporta nada a los contenidos profesionales.

En este sentido, creo que nunca o casi nunca he dicho que vivo en Tres Cantos, una ciudad relativamente joven, a la que vine a vivir a mediados de los 80, cuando todavía había poca gente. Es una ciudad muy agradable, tranquila y con muchos espacios verdes.

Hubo un tiempo, cuando ya empezaba a tener una población más importante, en la que comenzó a sufrir los problemas normales del crecimiento.

Uno de ellos fue el de la degradación de algunos espacios públicos con suciedad, restos de botellones y, sobre todo, grafitis. Lo que antes era un sitio por el que daba gusto pasear, poco a poco se iba pareciendo a las películas de los 70 sobre Nueva York.

Pero un alcalde, que sigue siéndolo hoy, decidió tomar cartas en el asunto y solucionarlo. Así que, aunque parecía imposible, primero empezó limpiando todas las zonas afectadas y luego, y más importante, se encargó de eliminar, en cuestión de horas, cualquier nuevo destrozo o pintada que surgía.

De ese modo, el trabajo de un grafitero, dejaba de tener sentido porque su «obra» sería demasiado efímera. Así que, hoy en día es complicado ver ninguna pintada salvo en los espacios reservados para ello. Ah, debo decir que lo que plasmaban en las paredes no era precisamente algo que nadie podría considerar arte.

El síndrome de las ventanas rotas

El Mantenimiento afecta a todos los elementos de Modelo.

Quizás la idea del alcalde vino precisamente de la idea de otro alcalde del NY de los 70 que se empeñó en volver a «civilizar» espacios que habían sido tomados por los vándalos. Y, además de eliminar los grafitis y los desperfectos, hacía lo posible por mantenerlo todo en buen estado.

Seguramente has oído hablar del síndrome de las ventanas rotas, que dice algo así como que si alguien rompe una ventana en una casa abandonada, lo más probable es que en poco tiempo, se vayan rompiendo las demás.

Te cuento todo este largo preámbulo porque en una Estrategia Personal o al desarrollar tu Marca Personal, es fácil dejarse llevar y permitir que pequeños «desperfectos» vayan haciéndose más grandes.

Es posible que ese blog que empezaste a escribir con mucha ilusión, empiece a perder impulso porque un día decides saltarte tu calendario de publicación. O esa disciplina que te habías impuesto de ir a un número determinado de eventos al mes, se empieza a debilitar.

Cuando te quieres dar cuenta, tu estrategia estará como al principio, o aún peor y encima estarás desanimado.


Un proyecto profesional necesita mantenimiento

Una Estrategia Personal es un proyecto de vida que hay que alimentar y mantener. Si quieres progresar profesional o personalmente, debes actuar igual que el responsable de mantenimiento de una empresa. Tendrás que hacer ajustes, cambios, mejoras, reparaciones.

Todo se deteriora, se queda obsoleto, se desajusta. Desde el matrimonio y la relación con los hijos hasta tu salud o tus fuentes de ingresos.

Aunque empezases con fuerza y ganas, como Tres Cantos en sus primeros años, tu ilusión, tus cualidades o tus propuestas, necesitan desde un lavado de cara hasta una reforma profunda.

Mantén lo fundamental, cambia lo necesario

He criticado aquí unas cuantas veces esa manía de reinventarse, de salir de tu Zona de Confort. Creo que es mucho mejor limpiar tus grafitis y tus ventanas rotas personales o profesionales que tirarlo todo y empezar de nuevo.

Lo bueno del mantenimiento personal es que no sólo te permite mantener en buen estado lo que funciona, sino que también te anima a eliminar o sustituir aspectos de tu vida o profesión que elegiste en su momento por las razones que sean, pero que hoy habrías hecho de otra manera. Puedes hacer cambios en tu «maquinaria» personal colocando piezas más eficientes que aquellas con las que empezaste.

Por ejemplo, aunque te vaya bien en tu profesión con herramientas analógicas, quizás Internet te permita dar un salto importante sin afectar a tus cimientos.

Un mal mantenimiento puede ser letal

He comentado algunas veces que me encantan esos documentales sobre catástrofes aéreas o desastres de la ingeniería en la que se producen graves accidentes por culpa de una pequeña pieza o un error de diseño insignificante. Y, en muchos casos, el problema es del mantenimiento.

A lo mejor, el que no consigas un buen empleo o un cliente, a pesar de tus cualidades, está en algo más «pequeño» como tu aspecto o tu comunicación no verbal.

Quizás esa valoración como especialista no llega a ser de cinco estrellas porque eres descuidado con los detalles o con la rapidez con la que respondes a los mensajes.

El mantenimiento de tu Estrategia Personal es una parte tan importante como el Análisis, el Diagnóstico, la Planificación o el Control.

No permitas que tu Marca Personal se degrade por no poner freno a tiempo a las ventanas rotas.

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