Propósito. ¿Quieres ir a alguna parte?

Suelo insistir mucho en establecer Objetivos para poder diseñar una Estrategia Personal. Sin objetivos es imposible trazar un plan con acciones, no podemos hacer «ingeniería inversa». Es complicado generar confianza si no eres capaz de decir qué narices quieres. Tu Marca Personal será algo difuso y complicado de posicionar si no has escogido un hueco en el que quieras «vivir» en la mente de otras personas.

El Elemento Objetivos lo incluyo dentro del Módulo de Propósito, que es algo más amplio y donde además meto la Motivación, la Visión, La Misión y los Valores. Es decir, todo aquello que nos dice donde queremos ir, por qué nos movemos, qué vamos a aportar y entre qué límites nos vamos a mover.

¿Quieres mantenerte, mejorar, cambiar o nada de nada?

Al ver que la mayoría de la gente no tiene un Objetivo definido, o si lo tiene es difuso y poco útil, entendí que quizás hay que hacer una pregunta previa más genérica, o más bien dos. ¿Quieres un cambio o mejora personal o profesional? ¿Cuál? Eso es lo que yo denomino Propósito.

Y ahí, de nuevo me encuentro con que la mayoría de la gente no se lo ha planteado o decide que sí, que quiere mejorar, ¿y quién no? pero con pocas ganas.

Así que, todo empieza por un «punto gordo», antes de bajar al detalle. Y esto sirve tanto para lo personal como para lo profesional. ¿Quiero mejorar las relaciones con mi familia? ¿Quiero vivir más tranquilo? ¿Quiero tener una vida más útil? ¿Quiero trabajar por mi cuenta? ¿Quiero dirigir gente?

Hasta que no tengas esto decidido no tiene sentido lanzarse a lo loco a escribir un blog, aprender algo, hacer contactos o pensar en crear productos. Eso serían tácticas para conseguir un fin, pero si este no existe, simplemente estarás dando tumbos y haciendo cosas sin un sentido y una dirección.

Y eso, ¿Por qué?

Por otra parte, debes tener una Motivación potente porque el trabajo que viene a partir de esa decisión va a ser duro. ¿Hasta qué punto deseas ese Propósito?

Es entonces cuando tienes que bajar a tierra y concretar tus objetivos. ¿En qué consiste mejorar esas relaciones familiares? ¿Qué es eso de vivir menos preocupado? ¿En qué quieres trabajar por tu cuenta?


Las respuestas a esas preguntas tienen mucha importancia porque te van a decir lo que debes hacer a partir de este momento, a quién debes conocer, de qué debes prescindir, donde debes comunicar, qué tienes que aprender o qué recursos debes conseguir. Eso es lo que te va a ayudar a crear tu plan porque una vez establecidas esas metas tendrás que decidir qué acciones tomar.

Sería genial que se cumpliese eso de que si tienes un objetivo claro y lo deseas con mucha, mucha fuerza, este se hará realidad, pero el mundo no funciona así. Si quieres algo, debes aportar algo. Eso es lo que yo incluyo dentro de tu Misión.

¿Qué tienes para mí?

Si el Objetivo es lo que quieres para ti, la Misión es lo que quieres para los demás. Por eso debes plantearte qué beneficio o valor vas a aportar y a quién. Serán los demás quienes te aporten los recursos materiales o emocionales que te proporcionen gasolina para avanzar.

Si no eres capaz de hacer algo útil por alguien, nadie te tendrá en cuenta. Ojo, no estoy hablando de filantropía, generosidad o buenismo, sino de un «quid pro quo», un hoy por ti, mañana por mi. Tu oferta personal o profesional se basa en lo que puedas hacer por tu familia, amigos, compañeros, empresa o clientes. Sin una imagen clara de los resultados positivos que puedes generar, ni dejarás marca ni nada de nada.

¿A cualquier precio?

Y en el Módulo de propósito quedaría un último «detalle». Si ya tenemos clara la dirección y el sentido, las razones, los objetivos y lo que vamos a aportar, nos queda poner límites. A cualquier sitio se puede llegar de muchas maneras, pero no todas son válidas, ni correctas, ni seguras, ni divertidas. Por eso hay que fijar reglas, establecer líneas rojas que llamamos Valores.

No seré yo quien diga lo que es correcto y lo que no. Eso es decisión de cada cual. Pero debes tener tus prioridades y tus limites. De ese modo serás más fiable porque al permanecer dentro de tus propias fronteras serás predecible.

Cuando ya tienes todo el «pack», es cuando tendrás que empezar a mover las palancas que te vayan llevando a donde deseas. Quizás no lo consigas todo, pero al ir en una dirección establecida te encontrarás con sorpresas positivas que no esperabas. Y cuando te enfrentes a una barrera o dificultad, quizás hayas sido capaz de preverla.

Así que, ten claro hacia donde vas, haz las cosas a propósito.


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