Creencias. Tienes el derecho (y el deber) de cambiar

Quizás lo has notado ya, pero hace algún tiempo en que tengo la sensación de haber llegado a un fin de ciclo en lo profesional. De alguna manera mis publicaciones son distintas, con menos chispa, más pesimistas. Creo que tener esa sensación es normal, incluso diría que es lo sano. Lo peligroso es no ser consciente de ello o, peor aún, serlo y hacer como si no pasase nada.

No es que pase nada terrible, ni mucho menos, afortunadamente. No es una situación traumática, ni he pasado por un trance que me ha hecho dejarlo todo y retirarme al desierto. Es algo más natural y gradual, pero que te dice que hay que abrir nuevos caminos y cerrar otros agotados.

Cambiamos las personas, cambian las circunstancias

Por un lado podemos cambiar las personas. Podemos tener otros intereses, puede que hayamos visto cosas que hayan modificado nuestra forma de pensar, o simplemente tenemos ganas de hacer algo distinto.

Por otro lado pueden cambiar las circunstancias. Lo que hace cinco, diez o veinte años era de una manera, hoy no tiene nada que ver con lo que vivimos al principio. Eso ocurre especialmente con Internet que hoy es completamente distinto a lo que vivimos al empezar este siglo. Y qué te voy a decir de la situación global de crisis encadenadas que llevamos viviendo desde hace veinte años.

Así que, no sólo es absurdo sino también suicida seguir pensando y creyendo en las mismas cosas que cuando empezaste con algo. Una relación, una profesión, una afición.

Por eso creo que no sólo tienes el derecho a pensar de otro modo sino que debes hacerlo.

Puedes ser muchas personas

Estos días he estado viendo en NETFLIX la serie sobre Andy Warhol basada en sus Diarios. Dejando de lado el mensaje NEFLIXERO en el que mete su dosis de ideología «woke«, la serie es muy interesante. Leí sus Diarios hace algunos años porque Warhol y todo lo que le rodeaba en los 80, siempre me ha parecido fascinante.

Pues bien, si hay algo que hizo Warhol mejor que nadie fue adaptarse, cambiar, modificar lo que hacía en función de lo que ocurría a su alrededor y de sus intereses y creencias.

Si tu cambias, tus relaciones van a cambiar

Quizás una de las cosas más complicadas de cambiar tus creencias y, consecuentemente, tu forma de actuar no seas tú, sino la preocupación que puede tener el efecto en los demás.

Por ser más concreto, creo que este tipo de posts ya no funcionan como lo hacían hace algunos años. Así que creo que es el momento de publicar algo distinto. Y por otra parte también me apetece ese cambio.


El problema es el temor al «Andrés, tu antes molabas», o «Andrés, has cambiado, ya no eres como antes». Lo curioso es que el «tu antes molabas» se puede aplicar ahora mismo. El «Has cambiado» puede ser algo positivo, aunque no para todo el mundo.

Pero lo cierto es que no tiene sentido seguir haciendo las cosas de siempre cuando tu cabeza te dice que hay que ir por otro lado.

Tenemos derecho a cambiar. Al madurar experimentamos cosas distintas, aprendemos, razonamos, descubrimos cosas que antes no veíamos. Y eso es genial.

El miedo es más estimulante que el aburrimiento

Si crees que algo no encaja, si hay algo que te dice que el camino que has seguido hasta ahora ya no te lleva a donde quieres, cambia de camino o crea uno nuevo. ¿Da miedo? Pues claro, pero es peor el aburrimiento.

Por cierto, una de las cosas interesantes que tenían los blogs al principio es que eran algo parecido a los Diarios de Warhol, un sitio en el que verbalizabas tus ideas y opiniones sin demasiadas autolimitaciones. Algo así como lo que estoy haciendo yo ahora.

Quizás eso no tiene ya demasiado sentido actualmente porque hay saturación de opiniones y por otro lado parece que todo el mundo es tan susceptible que te vas autocensurando de tal modo que lo que cuentas apenas tiene garra.

Como te digo, algo está cambiando en nosotros y en el entorno y no tiene demasiado sentido mantenernos inamovibles.

Perdona por el rollo que te estoy soltando hoy. Y no quiero que lo veas como algo negativo o pesimista. Más bien al contrario. Al cambiar tus creencias y actuar en consecuencia, se abre un mundo apasionante, inestable, si, pero en el que se abren puertas que ni siquiera sabías que existían.

En el laboratorio de la carrera de química veíamos como una solución turbia, poco a poco se iba estabilizando y dejando varias capas o fases bien diferenciadas. Esa es la idea, ver como poco a poco todo se va sedimentando, pero siempre después de ser agitada.


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