Contenido. La fina línea entre lo personal y lo privado

En muchas ocasiones he comentado en mi blog y en mis cursos que no soy partidario de hablar de cuestiones privadas en un espacio profesional como este.

Cuando digo PRIVADAS, me refiero a cuestiones que entran en el ámbito más íntimo de las personas. Aspectos de tu vida que no tiene sentido que expongas a personas que no te conocen ni saben cuales son tus circunstancias.

Todavía tiene menos sentido hacerlo en espacios, como la mayoría de las redes sociales, que no te permiten argumentar ni debatir de una forma apropiada.

Política, enfermedades, ciertas emociones o sentimientos, religión, relación con tu pareja o familia,… Son asuntos que, en general, tienen un difícil encaje en dospuntocerolandia y acaban creando más problemas que beneficios.

No digo que, en ocasiones, necesites un desahogo o consideres que compartir lo que tienes en tu cabeza o lo que pasa en tu entorno te vaya a ayudar. Lo que ocurre es que en La Red parece que, al compartir esos temas, estás dando permiso para que te aconsejen o te juzguen cuando quizás lo único que quieres es que te escuchen… como en el mundo real.

En ese sentido tengo que decir que yo siempre me he sentido muy bien tratado en las redes.

Quizás lo más peligroso no es esa gente desconocida que opina, te etiqueta o te ataca sino esa inmensa mayoría que no dice nada pero que ya te ha colocado en un casillero según sus propias creencias y nunca lo sabrás.

Dicho esto, tengo que decir que creo que nadie es tan frío como para limitar sus contenidos a asuntos profesionales o técnicos, especialmente si genera contenidos con frecuencia y regularidad. Yo mismo me «mojo» en algunos momentos sobre política.

Si lo vas a hacer, que sea positivo

Hay varios buenos amigos de los que he aprendido y aprendo cuando se trata de estos asuntos. Por un lado está Guillem Recolons y Ami Bondia. Si les sigues en redes, habrás visto que ambos han pasado recientemente por problemas de salud similares en cierto modo en cuanto a la gravedad.

Lo que han hecho es toda una lección de Marca Personal, aunque conociéndoles es algo que les ha salido así porque son como son. Me refiero a la forma tan optimista y positiva de transmitir lo que les estaba sucediendo estos últimos meses.

Sus mensajes en redes (vídeos, fotos, mensajes,…) transmitían esperanza, alegría, positividad. A los que les conocemos no nos ha extrañado porque son así.


En lugar de hacerte sentir mal o de preocuparte, te animan a seguir adelante. Ver a Guillem cantando con el gotero en el hospital o a Ami sonriendo con el equipo de sanitarios que la ha tratado es algo que les hace muy grandes.

Creo que en sus casos hay dos lecciones que aprender. La primera es que nos hablan de ellos, en primera persona, no de familiares o de otras personas más o menos cercanas. La segunda es que se ponen en modo «La vida es bella» y hacen lo posible por quitar gravedad a una situación para que, los que les seguimos, nos quedemos con un buen sabor de boca.

Es en situaciones reales complicadas cuando nuestra Marca Personal se pone a prueba. ¿No tienes la sensación de que debe ser genial trabajar con gente como ellos?

Cuéntame tu vida

Otra forma de convertir lo PRIVADO en PROFESIONAL es lo que hace mi amigo y tipo genial Claudio Inacio y Mariam Veiga (a la que espero desvirtualizar algún día).

Los contenidos de Claudio sobre herramientas de Internet son lo mejor de lo mejor. Pero, de vez en cuando, cuenta alguna historia personal en su blog. Esas publicaciones suelen tener mucho éxito porque te ayudan a entender como ha conseguido lo que ha conseguido. No se anda con chorradas ni se echa flores, simplemente te cuenta las cosas como son.

Mariam es muy activa en varias redes, pero sobre todo, en LinkedIn y ha conseguido que sus publicaciones tengan una mezcla perfecta de lo personal y lo profesional, de lo emocional y lo racional, de éxitos y fracasos. Te puede hablar de su padre, o de sus relaciones personales, o de sus sentimientos ante los fracasos, pero tiene todo el sentido para entender su trabajo.

Debo decir también que, en ambos casos, ni Claudio ni Mariam tienen pelos en la lengua y no se cortan a la hora de decir lo que piensan.

Integrar lo personal y lo privado con elegancia

Durante años he leído y sigo leyendo a autores anglosajones de desarrollo personal. Ellos, no sólo han conseguido integrar sus experiencias personales y sus vivencias con su trabajo sino que viven (muy bien) de ello.

Una de las partes más bonitas de mi trabajo es escuchar las historias de mis alumnos. Todos tienen algo increíble que contar… pero no lo hacen. Y me da pena.

Aquí parece que somos más pudorosos y, en muchos casos preferimos repetir historias (o historietas) ajenas de tipos de la américa profunda que hablar de las nuestras.

Como te digo, creo que hay que tener mucho arte, como el de los amigos que te comento, para no caer en el sentimentalismo, en la pena o en lo patético. Creo que la clave está en que todos estos amigos son generosos y piensan más en los demás que en ellos. Pero si consigues extraer lecciones de lo que te pasa y no te limitas a quejarte por todo (a mi me pasa), quizás algo de lo privado pueda integrarse en lo profesional.





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