Marca Personal. No es la persona es el valor

Bueno, pues ya estamos de vuelta. Empieza un año en el que creo que hay que hacer algunos cambios. No me refiero sólo a mi.

Aunque durante las Navidades mantengo un perfil muy bajo en las redes, suelo echar un vistazo a ver lo que se cuece. Desde hace ya bastante tiempo he visto como los contenidos se centran cada día más en la persona y no en el valor que se puede aportar.

Eso no es algo que sea bueno o malo, siempre he defendido que en Internet cada cual puede hacer lo que le apetezca. Sin embargo, desde el punto de vista de la Marca Personal creo que se está perdiendo el norte… empezando por mi.

Una Marca Personal se sostiene por lo que aporta

Si pensamos en marcas comerciales siempre lo asociamos a un producto o una oferta. Luego podrán hacer publicidad, gastarse millonadas en marketing o utilizar la promoción para ocupar un lugar en la mente de su mercado. Pero sin producto, no hay marca… o no debería.

Si lo llevamos al terreno de la Marca Personal creo que se ha producido un cambio importante desde que muchos nos metimos en La Red. Creo que los primeros blogs (mucho antes de Instagram o TikTok) eran seguidos porque sus contenidos eran valiosos. Daban consejos, recomendaciones, pautas.

Por supuesto detrás de esas primeras plataformas personales había personas que daban la cara, pero si eran seguidas no se debía al creador de contenidos sino al valor de estos.

Una persona simplemente representaba algo útil, valioso, capaz de dejar huella, pero no era lo principal. Por supuesto que la confianza, la sintonía, los valores o su estilo podían decantar la balanza a su favor (para eso sirve la Marca Personal), pero sí y sólo sí, había algo detrás que mereciese la pena.

Cuando la persona aplastó al valor

Creo que las cosas empezaron a joderse cuando los números, las cifras de seguidores superaron en importancia a la propuesta de valor. Bueno, en realidad podría decirse que esos números eran lo que hacía valioso a algunos creadores de contenido. Pero la obsesión por hacer crecer esas cifras quitó importancia a lo que se podía aportar.


Creo que fue en Facebook, Twitter y YouTube (¿Dónde están los YouTubers estrella de hace unos años?) donde empezó esa carrera absurda. Evidentemente luego siguieron Instagram o TikTok, pero cada paso en esta carrera ponía más énfasis en la persona o en llamar la atención. Escándalos, polémicas, técnicas más o menos manipuladoras y siempre poniendo en primer lugar a la persona, al «influencer», al buscador de los 15 minutos de fama.

Esa idea maravillosa de convertir a Internet en un ecosistema de aprendizaje e información, rápidamente se dio paso al entretenimiento. Como te digo, cada cual puede hacer el uso que quiera, pero si el entorno cambia, quizás haya que replantearse algunas cosas.

Hacerlo personal no significa que sólo hables de ti

Suelo decir en mis cursos que un blog como este no debería ser algo demasiado académico o formal, para eso ya hay otros canales. Está bien utilizar alguna anécdota personal o expresar opiniones (como estoy haciendo ahora), pero con el propósito de llegar a alguna conclusión valiosa.

Al contar cosas que te suceden o al desvelar tus opiniones te haces más cercano y consigues un efecto mayor al expresar tus propuestas. Pero no puedes reducirlo todo a una narración de tu vida.

Saber algo más de ti ayuda a tener un contexto más claro sobre lo que cuentas. Pero el protagonista no eres tú, es lo que ofreces. Si te contrato es por lo que me demuestras que sabes hacer, no por lo majo que eres… al menos en un primer momento.

Tus opiniones me pueden parecer interesantes, pero si te elijo es porque me resuelves un problema o me ayudas a mejorar algo. Ya se sabe, «las opiniones son como el culo, todos tenemos una».

Si quieres destacar, da un paso atrás

Hace tiempo que lo tengo muy claro, es el momento de ocupar un lugar más discreto, dejar que sea tu trabajo lo que hable de ti. Hay que dar un giro a las prioridades y poner en el escaparate lo que puedes ofrecer y quedarte tú en la sombra.

Tu Marca Personal es la huella que dejas y esta puede seguir produciendo un efecto mucho después de que tú desaparezcas. Lo importante es extraer, destilar, recopilar lo que te hace valioso, ponerlo en el mejor formato posible, compartirlo y ver los resultados. Ah, y asociar todo eso contigo, pero no obsesionarse con convertir tu vida y tus ideas en tu principal forma de darte a conocer.





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