Introducción: Tu reputación depende de lo que haces cuando nadie te ve La mayoría de los profesionales hablan de su Marca Personal en términos de visibilidad, comunicación o posicionamiento. Pero hay un factor más silencioso, y mucho más determinante, que define el valor real de una marca: los estándares. Tus estándares son el nivel de calidad con el que trabajas, te comunicas y te relacionas. No son frases en una
En un mundo donde cada vez más profesionales compiten por atención, proyectos y reconocimiento, destacar ya no es una opción: es una necesidad. Sin embargo, hacerlo bien implica mucho más que gritar más fuerte o intentar llamar la atención a toda costa. La verdadera diferenciación no se logra forzando un personaje ni imitando fórmulas ajenas, sino descubriendo y comunicando con claridad lo que te hace único, relevante y auténtico. En
Construir una Marca Personal no empieza con un logo ni con una frase ingeniosa. Empieza contigo. Con tu manera de hablar, de escuchar, de responder. Con lo que haces cuando nadie te ve. Con la forma en la que tratas a los demás, sobre todo en los momentos difíciles. Esa es la base real de cualquier reputación profesional: tu comportamiento diario. La mayoría de personas piensa en su Marca Personal
En un mundo profesional donde el talento ya no es suficiente, aprender a comunicar quién eres, qué haces y por qué eres relevante se ha vuelto indispensable. Hoy, no se trata solo de trabajar bien, sino de lograr que los demás lo sepan. Y ahí entra en juego tu Marca Personal. Puede que aún no hayas trabajado conscientemente en ella. Pero eso no significa que no exista. La Marca Personal
Introducción: Tu Marca Personal no es lo que dices, es lo que haces En un entorno donde todos intentan destacar, no basta con ser visible. Lo que realmente marca la diferencia es ser coherente. La integridad no es un detalle decorativo en tu Marca Personal: es su columna vertebral. Construir una marca sin integridad es como levantar una casa sin cimientos. Puede parecer atractiva desde fuera, pero cualquier pequeño temblor
Introducción Hoy en día, hablar de Marca Personal se ha vuelto casi una moda. Se asocia con visibilidad, presencia en redes, diseño de imagen o incluso con tener un logo llamativo. Pero detrás de todo eso hay algo mucho más importante, menos visible y mucho más determinante: la confianza. La confianza no es opcional cuando hablamos de marca personal. Es el principal cimiento sobre el que se construye cualquier marca
¿Por qué compartir tus aficiones puede potenciar tu marca personal? Cuando pensamos en construir una marca personal sólida, la mente suele ir directo a la experiencia profesional, logros, proyectos o competencias técnicas. Todo eso es importante, sí. Pero muchas veces olvidamos un componente clave para generar conexión real con los demás: mostrar quién eres más allá del trabajo. Tus pasatiempos y aficiones no son detalles menores. Son elementos que aportan
Hace poco, en una entrevista a la actriz Jenna Ortega, confesaba que sentía la presión de «tener que gustar todo el tiempo». No solo cuando actúa, también cuando sube una foto o da una opinión. Todo comunica. Todo pesa. Este tipo de exposición constante no es exclusiva de los famosos. Hoy, cualquiera que trabaje su Marca Personal está, en mayor o menor medida, en esa misma cuerda floja. Y no
Hace poco, mientras veía Beckham, la serie de Netflix, me di cuenta de algo curioso. No es solo la historia de un futbolista excepcional. Es, en realidad, el retrato de cómo se construye, y se defiende, una Marca Personal en medio del éxito, la presión mediática y los prejuicios. David Beckham no solo jugaba bien al fútbol. Sabía proyectar una imagen, controlar su narrativa y construir una identidad que conectaba
Hace un tiempo, una profesional brillante me dijo en una sesión de asesoría: “No entiendo. Me esfuerzo, comunico, comparto mi trabajo… pero la forma en que me perciben no refleja lo que soy ni lo que quiero mostrar.” Ese comentario encierra una confusión habitual y muy relevante: pensar que Marca Personal y reputación son lo mismo. No lo son. Están estrechamente relacionadas, sí. Pero no son iguales. De hecho, entender








