Estrategia Personal. Dejar ir
Uno de los tópicos más repetidos sobre montártelo por tu cuenta y convertirte en Profesional Libre es ese de ser tu propio jefe. Eso es bastante discutible porque más que tu propio jefe vas a ser tu propio empleado trabajando para muchos jefes. Aún así, no lo cambio por volver a depender de otra persona en un organigrama.
Asociado a esa idea de ser tú quien controla tu vida, está el beneficio de elegir lo que debes o quieres hacer con tu vida y tu trabajo.
Elegir, una bendición y una maldición
El problema es que el lado positivo es que eres tú quién decide. El lado negativo es que eres tú quien decide.
Ahora que volvemos a la rutina tras las Navidades, quienes trabajen por cuenta ajena se encontrarán con planes, estrategias y proyectos para los próximos meses decididos por otros, por comités, por responsables de departamentos. Te podrán gustar o no, pero no es algo que hayas tenido que elegir sino que te viene dado. Incluso podrás quejarte porque no te gusta lo que te piden, pero no te sentirás mal o tendrás duda sobre las decisiones que no has tomado tú.
Para los Profesionales Libres como yo, las decisiones deben venir de uno mismo. Ya sabes, eso de los propósitos para el nuevo año y todo eso, pero llevado a los proyectos profesionales. En momentos como estos, a veces te gustaría que otros tomasen las decisiones, pero no es el caso. Así que hay que apechugar.
Descartar es más difícil que añadir
Lo habitual cuando se establecen propósitos y planes es añadir elementos, cosas, conocimientos,… Idiomas, gimnasio, escribir más, cuidarte más, amar más, leer más,… Todos sabemos que esas intenciones duran poco, pero al menos se intenta.
Profesionalmente ocurre algo parecido cuando vas por tu cuenta, pero luego el tiempo te come y lo vas dejando. Yo soy especialista en esto.
Lo que ocurre es que esas intenciones también pueden estar enfocadas a reducir, descartar o eliminar. No se trata de añadir más, sino de simplificar. Y eso también puede ser un problema.
Digo esto porque quiero empezar de una vez a compartir otro tipo de contenidos. O más bien, a compartir contenidos con menos reflexión personal (como este post) y con mucha más carga útil. Pero eso implica abandonar o cambiar costumbres, hábitos y enfoques. No se trata de cuestiones técnicas sino de emociones, sentimientos o percepciones. Y ahí es cuando echas de menos un jefe que te diga que hay que hacerlo y punto.
Por ejemplo, hace meses que Redes Sociales como Facebook se han convertido en un repositorio de noticias absurdas, superficiales y poco creíbles. En muy pocas ocasiones me encuentro con la gente de mi «tribu». Así que, ¿Qué sentido tiene seguir publicando contenidos ahí? Y lo mismo ocurre con otras redes. Por lo tanto, no hay demasiado que pensar, pero dar el último paso es jodido. ¿Cómo me voy a ir de un sitio después de tanto tiempo?
Dejar ir
Si hay algo que creo que nos ha hecho creer dospuntocerolandia es que los demás están pendientes de nosotros. Y creo que, a la hora de hacer algo diferente o dejar de hacer algo que llevamos haciendo durante mucho tiempo, nos influye más «el qué dirán» personas a las que ni siquiera conocemos que nuestro propio interés.
Eso ocurre con Internet, con las relaciones personales y profesionales, con dejar un libro o una serie a medias o con muchas otras cosas. Pero hay que dejar ir. Hay que saber cuando quitarse peso de la mochila.
Escribo esto en este primer post del año básicamente para autoconvencerme. Hay cosas que seguimos manteniendo por una cuestión romántica, emocional o por unas creencias equivocadas, pero que se acaban convirtiendo en un lastre.
Espero que este no sea otro año más y, por fin, consiga hacer esos cambios en mi proyecto añadiendo más de lo que creo que es bueno y despidiéndome de rutinas, plataformas e ideas que quizás fueron útiles en su momento, pero hoy ya no tienen demasiado sentido.
Si quieres ser un buen jefe de ti mismo, también toca tomar decisiones que no son las que te harían sentir mejor, pero no te queda otra.