Comunicación. Simplifica

Hay pequeños momentos en la vida que pueden pasar casi desapercibidos pero que influyen en tu forma de actuar posterior.

Recuerdo perfectamente un examen de historia en 7º de EGB. No sé si todavía se sigue haciendo igual, pero en aquella época había exámenes tipo test (respuestas cortas) y tipo tema, de esos en los que parece que te puntuaban «al peso» por el rollo que le contabas al profesor.

Pues bien, los exámenes de historia solían ser de los segundos, de esos en los que, cuantas más páginas, mejor. Y eso de escribir mucho me daba una pereza enorme, así que, un día me atreví a probar a ir al grano de forma radical.

Me sabía bien la lección y tenía claras las respuestas, así que, decidí quitar toda la paja e ir directamente al grano, a los hechos… y que sea lo que Dios quiera. Total, que le hice un examen casi en formato esquema de llaves (eso que ahora los modernos llaman, mapa mental)

Lo que ocurrió a continuación te sorprenderá. El caso es que mi profesor, magnífico por otra parte, Javier Albert, me felicitó por el examen y por haberme atrevido a romper algunas reglas.

Creo que eso ha marcado mi vida mucho más que otras situaciones aparentemente más transformadoras. Cuando alguien a quien admiras y respetas, te felicita por hacer algo distinto, algo cambia en ti, especialmente cuando tienes trece años.

Aunque por la longitud de mis posts, podría parecer lo contrario, lo cierto es que, desde aquel examen, trato de quitar la grasa, eliminar lo sobrante y quedarme con lo fundamental. Y a partir de ahora, quiero hacerlo mucho más.

No me cuentes un rollo

Me gusta la cita atribuida a Mark Twain sobre la exigencia que supone escribir con brevedad, «Te hubiera escrito una carta más corta pero no tuve tiempo».

Creo que, igual que me ocurrió en aquel examen, pude ir al grano porque me sabía la lección. Y ahí está la clave.

No sé si te has fijado, pero, ¿te has dado cuenta de que cada día hay más escritores que publican trilogías o tetralogías compuestas por libros muy tochos? ¿no estás harto de ver series de 8, 10 o 12 capítulos que se podrían haber contado en un par de horas? ¿no te aburren los políticos que dedican minutos y minutos a contar algo que podría resumirse en una frase?


Supongo que, como ya no tienes que preocuparte de gastar papel o cinta de vídeo o película fotográfica, da igual que te extiendas hasta el infinito. Es en esos momentos en los que eso de pensar «dentro de la caja» adquiere su verdadero valor. Si tuviésemos más restricciones creativas o recursos limitados, seríamos más eficientes.

Si entendiésemos que es más fácil que nos escuchen y nos hagan caso si somos breves y directos, otro gallo nos cantaría. Pero, a veces da la sensación de que los contenidos se crean para los algoritmos más que para los humanos.

Preséntate en corto

Cuando pido a mis alumnos que se presenten ellos y su trabajo de forma breve, suelen tener tendencia a divagar y enrollarse. De ese modo sólo consiguen que aquellos en los que quieren dejar huella, desconecten sin llevarse un mensaje claro.

Lo sé, como dice Twain, decir algo en pocas palabras es mucho más difícil que explayarte sin límite, pero ahí está el mérito.

A Einstein se atribuye esta otra frase que dice «“Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien”. Y quizás por eso hay cada día más y más contenidos en La Red.

Si eres capaz de plantar una semilla de forma directa, atractiva y clara en pocos segundos, serás más fácil de recordar y para los demás también será más sencillo recomendarte. Da igual que sea en un evento de Networking, en un perfil de una Red Social o al contarle a tus primos en una boda familiar, a qué te dedicas.

Al ser capaz de resumir algo de la forma más breve posible no sólo facilitas la divulgación sino que tú también asumes mejor tu papel. Y yo que sé, quizás hasta reduzcas tu huella de carbono.

Llegó el modo de extraer más que de acumular

He dicho alguna vez por aquí que, hoy en día el poder no lo tienen quienes acumulan información porque de esta hay a puñados. El poder es de aquellos que son capaces de extraer y destilar lo fundamental.

Me temo que la Inteligencia Artificial, más que ayudar a seleccionar lo importante, está utilizándose para crear más y más contenidos hasta llenarlo todo el espacio disponible.

Por eso creo que, en lugar de estar todo el día dando la lata en dospuntocerolandia y subiendo contenidos a redes para que los buscadores no te olviden y los seguidores te hagan casito, sería más útil convertirse en la persona a la que acudir porque dice poco, pero lo poco que dice, lo clava.

Creo que el influyente del futuro no será quien dice más cosas, sino quien dice lo justo para cambiar la forma de pensar.


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