Estándares. El secreto es que no hay secretos
Una de las cosas que más me desagradan de lo que veo en dospuntocerolandia es la multiplicación de frases hechas, trucos de «copywriter» e ideas repetidas. Creo que parte de la culpa de la pérdida de credibilidad de los medios de comunicación es que han hecho suyas muchas de estas técnicas tramposas para llamar la atención.
Los «lo que ocurrió a continuación te sorprenderá», «los consejos que los ricos conocen y no quieren contarte» y cosas parecidas ya dan pena.
Una de las más habituales es esa idea repetida de muchas formas distintas en la que parece que alguien ha descubierto algo oculto hasta que llegó él o ella y magnánimamente lo comparte contigo. Son los clásicos «los X secretos sobre loquesea que no conoces».
Normalmente no es que conozcas perfectamente esos «secretos», es que la mayoría de las veces no son ni siquiera valiosos.
Está todo inventado
Creo que, salvo que hablemos de alguna teoría científica o de algún descubrimiento técnico, en el mundo real está todo dicho e inventado. Todo lo que hay son combinaciones más o menos ingeniosas de cosas que existen.
Por ejemplo, la Marca Personal es una forma estructurada de unir varios elementos existentes como la psicología, el marketing, la comunicación o la estrategia. Es ahí, en la utilización de piezas aparentemente heterogéneas donde se puede aportar algo nuevo.
Cuando algunos alumnos me trasladan su temor a que alguien les copie su «idea genial», siempre pienso que su problema es que no han investigado lo suficiente porque seguro que alguien o muchos otros en diferentes sitios han hecho lo mismo.
Así que, creo que es más útil contar y compartir lo que puedas de tus ideas para conseguir, por lo menos, dos cosas.
La primera es que cuando haces visibles tus propuestas, tus «secretos» estás consiguiendo asociarlas contigo. ¿Te las pueden «robar»? Si, pero siempre podrás demostrar que tú fuiste el primero en lanzarlas o, al menos, en divulgarlas. Siempre he dicho que la mejor forma de que no se apoderen de tus ideas es compartirlas.
La segunda razón es que, al poner sobre la mesa tus ideas, vas a conseguir opiniones, críticas e incluso propuestas de mejora. Y todo eso, gratis. Debes pensar que si «secretos» como el tuyo han surgido antes y no han tenido éxito, quizás sea por algo que otros conocen.
El mejor secreto es ser mejor
Es fácil pensar que algo que se te ha ocurrido es algo genial si no te has preocupado de salir de tu burbuja e investigar si otros han pensado lo mismo antes que tú.
Como te digo, a diferencia de lo que ocurría en el mundo pre-Internet, basta con navegar un poco en La Red para encontrar soluciones iguales o mejores que las tuyas. Pero eso no es un problema.
Suelo decir que parece que para tener éxito hay que encontrar algo absolutamente original y distinto. Sin embargo, creo que en esa carrera loca por la diferenciación que nos lleva a la extravagancia y al ruido, hemos perdido de vista la mejor forma de destacar, hacer las cosas mejor, tener Estándares elevados.
Si quieres un secreto obvio es ese, el de ser un poco mejor que los demás. Siempre hay detalles que pulir, técnicas que mejorar. Y todo eso sin tener que tirar la toalla porque se te ha ocurrido algo que ya está inventado.
Pregúntate porqué alguien no se sube al tranvía
Me paso muchas horas buscando y recopilando información y no sólo veo que lo que se publica suelen ser las mismas ideas contadas de formas distintas. De hecho, en este mismo blog, con más de dos mil posts, estoy contando varias docenas de ideas de muchas maneras.
También es muy frecuente ver modas, tendencias que surgen y luego desaparecen tan rápido como han llegado. Por ponerte un ejemplo de los últimos años, de las criptomonedas se pasó al metaverso y ahora a la IA. Creo que esto último va a tener más recorrido, pero lo que no tiene sentido es dejar todo lo que has hecho hasta ahora para subirse al último tranvía.
Cuando llevas tiempo trabajando en algo que más o menos dominas, no tiene sentido abandonarlo para empezar de cero con algo que desconoces simplemente porque es el último «secreto» que unos misteriosos «ricos» o «los que saben» te dicen que ahí está el futuro.
Tuve un profesor en el MBA que me dejó mucha huella porque sus clases eran muy sencillas pero impactantes. Recuerdo que nos dio una especie de decálogo con ideas para la vida y que todavía guardo.
Una de las ideas que nos repetía es que si ves que todo el mundo se sube a un tren o a un tranvía, pero hay uno que se decide quedarse fuera, es esa la persona a la que deberías preguntar. Quizás ella sabe algo que los demás han pasado por alto.
Así que, cuando veas que alguien te ofrece un «secreto», especialmente si todo el mundo le da por lo mismo, no digo que lo rechaces, pero analízalo con mucho cuidado y espíritu crítico.
¿Sabes un secreto? Pues que no hay secretos.