Infraestructura. ¿Para qué irte a Bali con lo bien que se está en Segovia?

No te dejes engañar por las historias de nómadas digitales que viajan al otro lado del mundo para emprender. Puedes trabajar en tus propios proyectos desde donde ya vives sin problema. Claro, si te apetece y tienes los medios, quizás quieras mudarte al campo o a la playa (en invierno es más tranquilo) pero puedes hacerlo yéndote a muchos menos kilómetros de distancia.

Aunque nos vendieron la idea de que el teletrabajo había llegado para quedarse, no es del todo cierto. Si vas a trabajar desde casa, conviene prepararte bien. Así evitarás terminar deseando volver a un aburrido cubículo de oficina.

Estos consejos también van para quienes siguen trabajando en remoto como empleados.

Los inconvenientes de tener una oficina

Tener una oficina física puede parecer atractivo, pero no siempre es la mejor opción para un Profesional Libre. Entre el alquiler, los servicios y el mantenimiento, es un gasto significativo que podrías estar invirtiendo en mejorar tu negocio o en otros aspectos que realmente incrementen tu productividad. Además, ir y venir a una oficina (aunque la hayas cogido cerca) cada día te hace perder tiempo, dinero y energía, mientras que desde casa puedes comenzar a trabajar de inmediato.

Otra desventaja de tener una oficina es que te quita la flexibilidad de trabajar desde cualquier lugar. Y no olvides las distracciones: compañeros charlando, reuniones que surgen sin previo aviso… Por último, los contratos de alquiler a largo plazo pueden ser un compromiso financiero considerable si las circunstancias cambian. Y eso es justo lo contrario a la filosofía «lean» de los Proyectos Paralelos.

Crea un ambiente positivo y creativo

Tu espacio de trabajo influye más de lo que piensas en tu rendimiento y estado de ánimo. ¿Has notado cómo algunos espacios te motivan más que otros? Pues eso mismo puedes replicarlo en tu entorno. Observa cómo otros organizan sus oficinas, habla con amigos y visita sus lugares de trabajo. ¿Ves algo que te guste? Adáptalo a tu espacio… si tu pareja te deja.

Un ambiente positivo y creativo no solo hace que trabajar sea más llevadero, sino que también puede mejorar tu productividad. Así que no dudes en darle un giro a tu rincón de trabajo para hacerlo más agradable.

Asegúrate de tener una buena conexión a Internet

No hay nada más frustrante que una conexión de Internet inestable cuando trabajas desde casa. Si ya has sufrido el horror de que tu videollamada se caiga en el momento menos oportuno o que un archivo importante tarde horas en enviarse, entonces sabes de lo que hablo.

Revisa si tu plan de Internet actual es suficiente para tus necesidades laborales. A veces, el Wi-Fi que va perfecto para ver Netflix no es el mejor aliado para trabajar. También puedes optimizar la ubicación del router o incluso considerar un extensor de señal si en algunas partes de la casa la conexión es débil. Evita problemas y mantén todo fluido para que tu trabajo no se vea interrumpido.

Crea un espacio de descanso

Me dirás que bastante tienes con encontrar un hueco en tu piso. Pero no subestimes el poder de un buen descanso durante tu jornada laboral. Tener un rincón donde puedas desconectar unos minutos es clave para mantener la energía y no quemarte.

No necesitas mucho: una silla cómoda, una alfombra donde puedas estirarte o incluso una ventana donde mirar por unos minutos mientras te tomas un respiro. A mi, poder levantar la vista y ver el horizonte me da la vida. Estos pequeños momentos de desconexión te ayudarán a refrescar la mente y a volver a tus tareas con mayor concentración.

Establece límites con los demás

Trabajar desde casa tiene sus problemas, y uno de ellos es hacer que las personas con las que vives entiendan que, aunque estés en casa, estás trabajando. Por eso es fundamental que marques tus límites.

Habla con tu familia o compañeros de piso y explícales cuáles son tus horarios de trabajo y cuándo no es un buen momento para interrumpirte. Puedes usar señales visuales como cerrar la puerta de tu oficina o poner un letrero de «No molestar». Así todos sabrán cuándo estás ocupado y no tendrás que lidiar con interrupciones constantes que afecten tu productividad. Otra cosa es que luego hagan lo que les dé la gana.

Sigue una rutina

Tener una rutina establecida es clave para que el trabajo desde casa no se convierta en un caos. Define un horario fijo y trata de seguirlo lo más posible. Organiza tu día de acuerdo a tus picos de productividad. Si eres más eficiente por las mañanas, aprovecha esas horas para las tareas más exigentes. No te olvides de incluir pausas cortas para despejar la mente; no estar pegado a la pantalla todo el día te hará más productivo a largo plazo. Además, una rutina clara te permite separar mejor tu tiempo de trabajo de tu tiempo libre, algo esencial para no sentir que el trabajo ocupa toda tu vida.

Fomenta la interacción social

Trabajar solo no significa que debas aislarte… salvo que te guste ;). Aprovecha las pausas para hablar con colegas o amigos. Una charla rápida o incluso un café virtual puede hacer que tu día de trabajo sea más ameno. La interacción social no solo rompe la monotonía, sino que también puede motivarte y hacer que te sientas más conectado con el mundo exterior. Mantener estas conexiones es vital para no sentirte solo en tu jornada laboral.

Invierte en muebles ergonómicos

Si vas a pasar largas horas trabajando, lo mejor es que cuides de tu salud. Invertir en una buena silla ergonómica que te ofrezca soporte lumbar y ajuste de altura puede hacer una gran diferencia en tu bienestar físico. También puedes considerar un escritorio ajustable para poder alternar entre estar sentado y de pie. Estas pequeñas inversiones pueden prevenir dolores de espalda y mejorar tu postura, lo que a la larga te permitirá ser más productivo.

Añade música a tu espacio de trabajo

Escuchar música o sonidos relajantes de fondo puede ser una excelente manera de mejorar tu concentración y reducir el estrés. Poder poner ahora en Spotify tus canciones favoritas, sonidos de la naturaleza, tener algo de música suave puede hacer que las tareas repetitivas se sientan menos monótonas y que el trabajo sea más llevadero.

Personaliza tu espacio de trabajo

Dale un toque personal a tu oficina en casa. Añadir plantas, fotos o una decoración que te gusten puede hacer que tu espacio se sienta más acogedor y menos aburrido. Incluso los colores juegan un papel importante: elegir tonos que te inspiren o te relajen puede influir positivamente en tu estado de ánimo. Un espacio que refleje tu estilo personal te hará sentir más a gusto y motivado para trabajar.

Cuida la iluminación

Una buena iluminación es esencial para evitar la fatiga visual y sentirte cómodo trabajando. Siempre que sea posible, trata de aprovechar la luz natural. Si no es suficiente, invierte en una buena lámpara de escritorio que te permita trabajar sin forzar la vista. Esto no solo te hará sentir más a gusto, sino que también puede mejorar tu productividad.

Elige un espacio tranquilo

Por último, asegúrate de tener un espacio tranquilo para trabajar. No necesitas una oficina grande, pero sí un lugar donde puedas concentrarte sin interrupciones. Un rincón bien iluminado, cómodo y ergonómico será más que suficiente para que puedas trabajar sin distracciones.

Alternativas a trabajar en casa

Si trabajar desde casa ya no te motiva tanto, no te preocupes. Hay muchas opciones que puedes probar. Los espacios de coworking son una excelente alternativa si quieres un ambiente profesional pero sin el gasto de una oficina propia. Además, estar rodeado de otros profesionales te da la oportunidad de hacer networking, lo cual siempre es un plus. Si lo que necesitas es una dirección comercial o servicios de oficina pero sin un espacio físico, una oficina virtual es ideal para proyectar profesionalismo sin los costos fijos de alquilar un lugar. Y si solo necesitas un sitio para reuniones esporádicas, alquilar salas por horas es una opción flexible y económica. Así puedes tener lo mejor de ambos mundos.

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