Empresa, valores, cultura y tú.

Cada vez me encuentro con más frecuencia, sobre todo en las grandes empresas, esos cuadros que contienen los valores, la misión y la visión de la empresa. La empresa que los edita debe ser la misma o el grado de falta de imaginación de los creadores debe ser parecida a la de una almeja. En el 90% aparece una foto de unos remeros o similar. Parece que no se dan cuenta que en el remo hay uno que da ordenes y los otros le dan a los remos. ¿O si se dan cuenta?
El caso es que en todas ellas aparecen cosas como que el cliente es la razón de existir de la empresa (¿es que hay que ponerlo por escrito?) y luego detalles como que pretenden ser los líderes del mercado y dar valor a sus accionistas y bla, bla, bla. En algún caso, al final dice que proporcionarán a sus empleados el entorno y la formación adecuada para que eso ocurra. ¿A quien sirve esto? Pues supongo que a la empresa que hace los carteles y a los remeros que se estarán llevando una pasta en derechos de imagen. ¿Que le importa a un empleado que está en la cuerda floja el que la empresa en la que trabaja quiera ser la líder de su sector? ¿Que pasa con su hipoteca, con su hija que no para de toser por las noches o con sus deseos profesionales? La empresa dirá que eso no es cosa suya, que bastante tiene con dar valor al accionista. Pero se equivoca, ese profesional al borde de un ataque de ansiedad es el que saca las castañas del fuego, el que resuelve los problemas y el que mira por donde da la cara ante ese cliente que es la razón de ser de su empresa.
Hace unos días me reunía con un socio de una importante consultora multinacional. Allí estaba el cartel y los dichosos remeros. Me comentaba los problemas vocacionales y éticos de muchos directivos, de como tratan de seguir sus propios valores morales y de como día a día esos mismos valores son machacados por directrices enviadas desde miles de kilómetros. Me hablaba de equipos a los que se ha premiado por su excelente labor y trabajo duro y de como meses despues esos mismos profesionales han sido despedidos por «no se que criterios» de valor para el accionista. Posiblemente esa decisión solucionó las cuentas de un par de trimestres pero han provocado tambien otros daños colaterales.
¿Como van a hablar esos empleados, de alto nivel, de su antigua compañía?
¿Que confianza en su propia compañía va a tener ese directivo que ha sido el mensajero de la noticia y al que han dejado con el culo al aire, perdon al que han destrozado su marca propia?
¿Quien va a hacer el trabajo cuando vuelvan las vacas gordas? ¿Cuanto cuesta formar a una persona de ese nivel?
En fin, propongo quemar todos esos carteles y reescribirlos de nuevo, con textos menos pretenciosos pero que realmente sirvan para algo.





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