Caso 3: Angel, Peluquero.

Angel, si solo Angel. Es mi peluquero desde hace no se cuantos años y es del Atleti. Esta tarde me lo he cruzado como tantas otras veces y ha salido a saludarme y a ofrecer un caramelo a mi hija. Al despedirme he pensado, «Que gran ejemplo de marca personal».
Seguro que no tiene ni idea, ni falta que le hace, de lo que es un segmento de mercado, un «target» o un plan de marketing pero su pequeña peluquería lleva funcionando de maravilla desde el primer día.
Angel está aplicando a la perfección casi todas las herramientas y métodos para crear una marca personal potente y ni se da cuenta.

Algunos ejemplos:
Angel disfruta con lo que hace y se le nota, ha tenido en cuenta sus deseos, aptitudes, temperamento y experiencia.

Angel es competente, sabe cortar el pelo. No es un «estilista» pero satisface plenamente las necesidades de su mercado. Basicamente profesionales y trabajadores que no quieren complicarse la vida con el pelo.

Angel es consistente. Creo que entre la primera y la última vez que me cortó el pelo no podría encontrar diferencias excepto mis entradas. Y si hay algo que da fuerza a una marca competente es la consistencia. No queremos sorpresas.


Angel se distingue por su simpatía castellana, sin excesos pero agradable. Las preguntas de rigor y nada más porque conoce a sus clientes. Ha establecido un vínculo emocional que genera lealtad.

El establecimiento de Angel es pulcro. Sus precios muy ajustados y su trabajo limpio y rápido. Siempre está disponible y sabe lo que quiere cada uno.

¿Cuantas marcas personales como esta conoces a tu alrededor? Seguro que unas cuantas. Analiza por qué te sientes cómodo con ellas y aprenderás mucho sobre el «Personal Branding»…

…aunque ellas ni lo sepan.





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