Todos NO somos iguales

Afortunadamente, cada quien es cada cual y yo soy yo y mis circunstancias.
La necesidad de muchas empresas de abaratar costes está consiguiendo uniformizar los puestos de trabajo, eliminando todo aquello que se salga de la norma o lo que diga el manual de procedimientos.
Esto es muy util para los directivos perezosos, especialmente para aquellos que se encargan de gestionar personas porque les evita muchísimo trabajo.
Se subcontrata la selección, se deja todo en manos de unas pruebas de selección estandarizadas y «voila», ya tienes a un profesional clasificado o en el peor de los casos, eliminado. Que pase el siguiente.

Eso de encasillar y seleccionar a las personas en función de unas pruebas de no se que Instituto del otro lado del Atlantico, o incluso de la vuelta de la esquina, me recuerda otros tiempos en los que a las personas se les ponía una estrella y un pijama de rallas o se les enviaba al Gulag en función de lo que opinaba un «comisario».
Estos sistemas pueden ser comodísimos y muy rápidos, pero absolutamente ineficaces por las consecuencias que produce.
He tenido la suerte y el honor de conocer a centenares de empresarios, grandes y pequeños y de ellos he aprendido una cosa, que hay que estar encima del NEGOCIO. Los negocios los hacen las personas y son solo estas las que marcan la diferencia. Me refiero a personas de todos los niveles, desde la persona de centralita hasta el operario de la linea, desde el jefe de compras hasta el director de calidad.
Desgraciadamente, cuando los NEGOCIOS, se convierten en EMPRESAS y desaparece la mano del empresario/emprendedor, todo se burocratiza y rapidamente los NEGOCIOS se transforman en ORGANIZACIONES en los que todo sigue un procedimiento y las peculiaridades personales deben ser eliminadas.
Lo que ocurre es que en una época en la que las máquinas y los métodos estandarizados van asumiendo cada vez un papel mayor, el papel humano vuelve a ser fundamental.
Creo firmemente que son solo las peculiaridades de las personas las que pueden convertir algo simplemente funcional en una experiencia fantástica.
Dice Gary Hammel: «Crea una causa, no un negocio.» y creo que tiene toda la razón.

Dos citas más:


Las empresas han definido tan bien cual es «el mejor modo de hacer las cosas», que ahora todas ellas son más o menos idénticas. Jesper Kunde.

La «sociedad del excedente» posee un excedente de empresas similares, que emplean a personas similares, con estudios similares, que realizan trabajos similares, que tienen ideas similares y que producen cosas similares con precios similares y calidades similares. Kjell Norström y Jonas Ridderstrale en Funky Business.


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