El sueño del emprendedor
Hasta ayer a última hora del día no he sido consciente de todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas. Llevo ya muchos meses dedicado en cuerpo y alma a crear un modelo de trabajo de Marca Personal y a divulgar el concepto en nuestro país. Durante meses he trabajado en solitario, recopilando gigas de información de la web, leyendo todo aquello que podía tener una mínima relación con la creación de un modelo de desarrollo personal y profesional. He tanteado, me he equivocado, he hecho pruebas, he hecho decenas de llamadas y enviado centenares de correos. Me entrevistado con gente de todo tipo y algo muy importante, he hecho nuevos amigos.
En muchos casos el mensaje no se entendía bien, de lo cual la culpa es solo mía, pero poco a poco creo he ido depurandolo y actualmente la idea queda bastante más clara.
Pero de todo este trabajo y esfuerzo, solo he sido consciente ayer por la noche. Aunque muchos ya me lo habían reconocido, yo mismo no me lo creía.
Supongo que tiene su explicación. Por la mañana tuve una reunión con un viejo amigo del colegio que ha sido uno de los principales directivos de una de las mayores empresas de España y aparecía en las listas de los más influyentes. Me dió un consejo: «No abandones. Si has vivido la experiencia de poner en marcha un concepto, un negocio o una idea, cualquier otra cosa te va a saber a poco, especialmente volver a ser un asalariado.»
Más tarde estuve haciendo una propuesta a una de las mayores consultoras del mundo e independientemente del resultado, la sensación de estar participando en algo grande y de ver como mi idea se plasmaba en algo concreto y útil era absolutamente apasionante.
Por la tarde, estuvimos manteniendo una conferencia con una de las principales empresas de «Personal Branding» en el mundo. Era absolutamente excitante comprobar como desde Madrid podíamos dar lecciones a los creadores del concepto en California.
Y por la noche, había que seguir trabajando, enviando correos, preparando propuestas, elaborando presentaciones…
Sin embargo, en ningún momento me sentía obligado o dudando de la razón de todo esto. Es mucho trabajo, pero es tu vida, es tu pasión, es hacer lo que realmente quieres. No piensas en el dinero, ni en el éxito. Simplemente te sientes vivo, con la adrenalina saliéndote por las orejas, con la sensación de hacer algo util para ti y para los demás.
Y lo mejor de todo es que, ya llegan los resultados. Muchas veces lees esos libros de cuasiautoayuda o semigestión de los norteamericanos en los que te habla de establecer un objetivo, plantearte una meta y luchar por ella y piensas que eso solo pasa en las películas americanas. Te hablan de pasión y esbozas media sonrisa cínica porque aquí la única pasión que existe es la de las procesiones de Semana Santa. Hablan de proyectos y equipos excitantes y recuerdas que tienes que procesar nosecuantas facturas porque mañana es el cierre y tu jefe te machaca.
Pues ¿Sabeis una cosa? Eso de lo que nos hablan los «americanos», EXISTE. Eso si, hay que buscarlo o algo mejor, CREARLO. Es dificil y duro pero ¿no lo es mucho más el levantarte todos los días con la sensación de que nada en tu trabajo merece la pena? Y no olvides que son más de 8 horas de tu vida, día tras día.
Reflexiona. Piensa por ti mismo. No dejes que las ideas mueran contigo. Ya te digo que es duro pero merece la pena. Cuando luchas por algo que crees, el esfuerzo ni lo notas hasta que otros te hacen consciente de ello.
SUERTE