Derroche de recursos… humanos

Cuando era pequeño, ya hace muchos años, mi madre me decía que tirar la comida era un pecado. Eran los tiempos de «Cuentame como pasó». Asi fuimos educadas muchas personas que ahora nos hemos convertido en profesionales y que tratamos de luchar por los mismos garbanzos que tirábamos cuando nuestra madre no nos veía.
Sin embargo, parece que otros han tenido una infancia más desahogada o madres menos escrupulosas porque parece que no tienen reparos en «jugar con las cosas de comer».

Ya he comentado en otras ocasiones que esta generación nacida a partir de 1960 es la mejor preparada y tiene más formación que cualquiera de las anteriores. Además, nos hemos acostumbrado a vivir en un entorno de crisis perpetua y a luchar en un mercado saturado de competencia. Encima somos más que cualquier otra generación. Sin embargo, la mayoría de estos excelentes profesionales ocupa puestos intermedios en una situación que da la sensación que se va a prolongar durante toda la carrera profesional. Eso si hay suerte, porque casi todos hemos pasado por reestructuraciones de todo tipo y nadie puede asegurar que no le va a tocar la siguiente y definitiva. Mientras tanto estos profesionales siguen realizando tareas que requieren mucha menos preparación de la que poseen. Administrativos de lujo.


Pero ante este derroche casi obsceno de talento muy similar a la imagen de un lineal abarrotado de un Hiper da la sensación de que la mentalidad de muchos responsables de RRHH es algo así como: «Total para lo que cuestan me «compro» media docena de licenciados con MBA y cuarto y mitad de Teleco que ahora andan muy bien de precio y quedo como un señor ante la dirección.»
Y aún hay «seleccionadores» que preguntan: Y tu ¿porqué has cambiado tanto de trabajo? Manda h. ¿Donde han vivido los ultimos 20 años? ¿En Ganímedes?

Es muy triste y este país acabará pagando este derroche de talento. Porque con la comida no se juega.
Eso si, parece que el problema es de los costes salariales. ¿No es eso lo que dicen los que se autocalifican como «expertos»? Pues que empiecen a estrujarse un poco el cerebro y ser un poco más creativos. O al menos que salgan de sus despachos forrados de madera y simplemente abran los ojos a la realidad.

Reconozco que parte de la culpa es nuestra por mantener esta postura borreguil y seguir soñando con un puesto en la administración. Estoy cansado de que la gente se queje y no haga nada. Vale si, ya lo se, la hipoteca, los pañales y el jodido coche, pero ¿que pasa contigo? ¿piensas seguir así hasta los 65, 70 o los 90 porque ya no queda para pagar la jubilación?

En las últimas semanas he hablado con muchos profesionales (periodistas, empresarios, funcionarios,…) de esta generación y me he encontrado con dos tipos de personas.
Las que están agazapadas en las empresas a la espera de que en cualquier momento aparezca el dedo que les señale para «abandonar la casa».
Y las que ya han sido «retiradas». En este caso, afortunadamente hay muchos que aunque reconocen que por si solos no hubiesen tenido valor para tomar la decisión, ahora dan las gracias porque les han empujado a hacer lo que llevaban años deseando.

Espero que antes o despues todos acabemos dándonos cuenta de que valemos mucho más de lo que nos han hecho creer y demos el paso sin tener que ser empujados.

Tiempo al tiempo, pero se está gestando una crisis en el mercado laboral que estallará cuando ese pico de la curva demográfica sea consciente de su importancia y su poder.

Porque ya se sabe que tirar la comida es un pecado y derrochar los recursos… humanos todavía más.





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