Inquisición y exorcismos

Esta tarde me he pasado por una cosa que llaman 10º Salón profesional de Recursos Humanos (Capital Humano). Solo el nombre ya impone respeto, pero me he lanzado y he dicho, vamos allá, a falta de deportes de riesgo, esto no está mal.

He ido preocupado pensando si habría algo en mi aspecto que les hiciese sospechar cuales eran mis ideas y mi forma de pensar y si se abalanzarían sobre mi para clavarme una estaca de madera o enseñarme una ristra de ajos. Lo de la bala de plata sabía que no porque ya conozco su obsesión por los costes.

Al llegar me sentía como uno de esos personajes de película de «poseidos» (La profecía, el exorcista,…) y empezaba a notar cosas raras y a sentirme nervioso, pero una vez superada esa etapa he seguido adelante.

Aquello me recordaba una de esas ferias de armamento donde se exhiben las últimas novedades en herramientas de destrucción. O mejor aún, era como esas exposiciones sobre la Inquisición donde se enseña la sofisticación a la que se llegó para que la gente cantase o hiciese lo que se les ordenaba. En el catálogo que regalaban aparecían instrumentos como: Control de Absentismo (y también de presencia), Evaluación del desempeño, paquetes de selección de personal (no personal de selección de paquetes), gabinete grafológico (¿Eso no era ilegal?) y toda la parafernalia de estupideces en inglés, Outplacement, Formación «in company», Assessment Centre, Outdoor training y Feedback de 180º, 360º y todos los grados intermedios (supongo).
¿Algo para entender porqué la gente está tan harta y cambiar la situación? Yo desde luego no vi nada de eso.


En fín, las tonterias que les gustan a estos señores. Sin embargo, he estado charlando un rato con una persona de una empresa que prefiero no desvelar para no perjudicarla (asi estan las cosas). Me apetecía desahogarme y me he sentado a hablar con ella. Hemos conectado bien, teniamos la misma edad y le he hablado de la Marca Personal. Por supuesto no tenía ni idea del tema, pero creo que ahora si va a tenerlo algo más claro. A los dos minutos estaba moviendo la cabeza y sonriendo igual que el público del Club de la Comedia como pensando, «Si, es verdad, a mi también me ha pasado lo mismo». A los cinco minutos me reconocía que la mayoría de lo que se exponía allí era puro humo. Nos hemos entendido bien, supongo que no servirá para mucho, pero al menos veo que el mensaje va calando. Eso si, su pregunta final ha sido una que ya conozco bien: «¿De verdad crees que las empresas van a fomentar el desarrollo de la Marca Personal entre sus empleados?» En fin…





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