Porqué ser diferente está tan mal visto

Este fin de semana leía que los biólogos y los expertos en comportamiento animal dicen que la mejor forma de sobrevivir en un entorno salvaje es agrupándose.

Los depredadores son capaces de atacar a un objetivo fijo, pero si se enfrentan a un grupo de animales que forma una manada y en el momento del ataque, esta se dispersa, el depredador queda bloqueado y no sabe a quién atacar. Pierde su objetivo.

Si uno de los animales de la manada se distingue por algo o se sale del comportamiento del grupo, inmediatamente se convierte en un blanco claro y tiene todas las papeletas para ser devorado. Los científicos han hecho estudios en los que «marcan» con algún tipo de pintura a una víctima potencial y han comprobado que al diferenciarla del resto, inmediatamente se convierte en la victima elegida.


Todo esto me hace reflexionar sobre la influencia que ejerce todavía nuestro cerebro animal. Instintivamente tendemos a agruparnos para evitar los peligros y aquellos que tratan de sobresalir o tienen la «mala suerte» de diferenciarse corren el peligro de ser «devorados».

Todo esto está muy bien y explica muchas cosas, pero solo hay un problema, seguimos siendo animales, si, pero de un tipo muy especial, somos SERES HUMANOS y tenemos la posibilidad, o más bien la obligación de ser diferentes para poder enriquecer al resto de la «manada».


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