Búscate la vida

En los últimos días se viene hablando (y lo que queda) de ENDESA, de Fenosa, de Iberdrola y las OPA y bla, bla, bla. En muy pocos sitios he oido hablar de las repercusiones que estas operaciones pueden tener en los consumidores. Pero creo que en ninguno he oido hablar de las implicaciones para sus trabajadores.

¿Es esto normal? Pues me temo que si. Quienes dirigen y gestionan las empresas (sindicatos incluidos) no paran de hablar de la importancia de las personas, del papel estratégico de los RRHH en la dirección de la compañía, de la necesidad de tener en cuenta al recurso más importante de la empresa. Pero a la hora de la verdad, las decisiones verdaderamente importantes se toman en un restaurante de lujo, en el palco del Bernabeu, jugando al golf o en la sede de un partido político.


Entre una decisión importante y otra, los directivos se ponen magnánimos y van echando unas migajas formativas y dando la impresión de que se preocupan por los profesionales. Ponen en marcha carísimos y vistosos planes de desarrollo profesional, contratan a consultoras de renombre para elaborar proyectos de muchas páginas (normalmente inútiles, excepto para apoyar los pies) en los que prometen que todo el mundo se convertirá en líder, que tendrá tropecientasmil competencias y su vida estará dedicada a dar valor al accionista, que como sabemos, es la principal motivación del profesional «mileurista«


¿Y esto está bien o mal? ¿Es ético o no lo es? Pues yo tengo mi opinión, simplemente pienso en ello como en un fenómeno natural, como algo que ocurre y que te puede hacer daño como el Katrina pero que no puedes evitar, salvo que te largues corriendo. Por lo tanto, lo que hago es poner los medios para que el efecto sea lo menor posible. Porque creo que el primer paso para solucionar un problema es reconocerlo. ¿No es lo que aparece siempre en las películas cuando uno se incorpora a un grupo de Alcoholicos Anónimos?

Para tomar decisiones es importante tener una visón clara de la realidad y olvidarse de cuentos de hadas. Es el primer paso para cambiar las cosas.

Creo firmemente que una de la causas más habituales de la frustración y la infelicidad para los profesionales es la fantasía de que un día aparecerá un salvador (complejo de Cenicienta) que solucionará los problemas y colmará los deseos. Por eso el concepto de Marca Personal recalca a las personas que ese salvador no existe. Nadie te va a salvar, nadie te va a ofrecer una vida mejor, nadie solucionará tus problemas. Si no lo haces tu mismo, las cosas no mejorarán.





Compartir esta publicacion