Si, ese tío de contabilidad

A veces me encuentro con algunos individuos que no se de que planeta se han caido. Aunque las generalizaciones siempre son injustas (incluso esta), se les podría encasillar en el grupo de los del típico-tópico de que las personas no somos marcas ni objetos y que ante todo somos seres humanos. ¡Vaya descubrimiento! Se ofenden muchísimo y se tiran de los pelos absolutamente indignados por esta juventud materialista. Normalmente es gente de cierta edad que no es capaz de entender el mundo tan complicado en que nos ha tocado vivir a los que nacimos más o menos cuando nuestros padres empezaron a ver los primeros SEAT 600. Aunque nos digan que hemos tenido de todo y que ellos si que lo pasaron mal.

Pues claro que ante todo somos personas, y tenemos una gran vida interior, leemos, nos enamoramos, somos solidarios (unos más que otros) y nos emocionamos ante una puesta de sol o una victoria de Fernando Alonso. Pero desde que tengo uso de razón (la suficiente para distinguir lo evidente) estoy oyendo hablar de crisis económicas, de cifras de paro disparatadas y de sueldos de risa. Y evidentemente las empresas no te contratan por tus inquietudes espirituales, por tu conocimiento de la poesía húngara de principios de siglo o por tu amor al prójimo.

Esta claro que quien te contrata (y te paga) lo hace porque le resuelves un problema, porque le sirves para algo o porque le haces sentir bien. Igual que el gato del coche, la Palm o un CD de Queen. ¿Y que son esas cosas? OBJETOS. Y esos objetos serán mejor valorados y por supuesto, habrá quien pague más por ellos cuanto mejor realicen su función o cuanto mejor sea percibida su utilidad. ¿Y como se llama eso? MARCA.


Trasladarlo al ámbito personal/profesional es lo más sencillo del mundo. Y lo vemos todos los días en las empresas. ¿Eres «uno de contabilidad», «una chica de pedidos», «ese que está al lado de las fotocopias»? ¿Eres un commodity? ¿Como consigues diferenciarte? ¿Quien tiene todas las papeletas para la proxima reestructuración?
¿Quién va a llevarse el bono de este año? Desde luego ellos parece que no, aunque pongan todo el interés del mundo y salgan todos los días a la hora en que cierran el Metro.

El objetivo es convertirse en Fernando, ese tio tan eficiente del departamento financiero, Carmen, la que resuelve cualquier problema con un par de llamadas o Carlos, el interlocutor favorito de los clientes aunque solo sea (de momento) el que toma nota de las reclamaciones. Eso es lo que significa tener una marca y no convertirse en un florero como piensan algunos.

Además, y ya termino, existe una razón importante para pensar de esta manera. En la medida en que tu marca sea más fuerte serás más respetado, más valorado, tu nómina será más jugosa y por lo tanto, tendrás mayor control sobre tu carrera y podrás gestionar mejor tu tiempo. De esta manera podrás dedicar ese tiempo a emocionarte con una puesta de sol, con una poesía en húngaro o a jugar con tus hijos, que por cierto, tambien tienen necesidades que hay que satisfacer y que esperan que seas su mejor proveedor.


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