Claridad

Hace unos días estuve coordinando una reunión en la que se iba a negociar un posible acuerdo comercial entre dos empresas de servicios. Yo he participado en muchas reuniones como negociador pero en este caso asistía como mediador y con la particularidad de que mantengo excelentes relaciones con ambas partes.

Desde esa posición, fue muy interesante ver la importancia de realizar un planteamiento claro desde el primer momento. Uno de los protagonistas, un excelente profesional con muchos años de experiencia a sus espaldas a pesar de su juventud, hizo un planteamiento claro, clarísimo sobre su oferta y sus intenciones. Para alguien que no le conozca podría parecer una forma un tanto brusca de plantear una negociación. Sin embargo, para mi, fué una lección de «saber hacer» las cosas en el mundo empresarial. En ese momento me di cuenta de que es vital hacer un planteamiento claro y transparente de las posiciones. Tratar de contentar a todos, dejando sin aclarar o difuminados determinados aspectos, solo conseguirá a medio o largo plazo, enredar las cosas por no haberlas dejado bien definidas desde el primer momento.
Ya habrá tiempo de confraternizar y de brindar con cava o con sidra, pero creo que es fundamental fijar las posiciones lo antes posible para evitar malos entendidos.

Creo que igual que ocurrió en esta reunión, sucede con las Marcas Personales. Tratar de contentar a todos, nos obliga a difuminarnos, a no definirnos, a ser poco claros en nuestros planteamientos con el fin de no ofender a nadie. Eso solo consigue una cosa, no ser nada para nadie cuanto tratamos de ser todo para todos. En este mundo saturado de lo políticamente correcto, la claridad no está bien vista porque puede ofender a espíritus sensibles. Decir las cosas como son, parece que no está bien visto, pero creo que aquellas Marcas Personales que tienen bien definidos los objetivos y lo transmiten son las que al final «enganchan» porque saben lo que quieren. ¿No es eso lo que hacen las marcas líderes?






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