Algunos amigos y el águila.

Una de las mejores cosas que tiene esto de internet es que vas conociendo a mucha gente interesante con intereses comunes. Es el barrio, como lo describe Julen. Por eso hoy quiero recomendaros a algunos que han puesto en marcha bitácoras interesantes.

Uno de ellos es Antonio España, que está escribiendo cosas muy atractivas sobre el mundo de la empresa, pero en este caso desde la «sala de máquinas».

Otro es Jorge Más, un empresario y amigo que conoce la teoría pero que se enfrenta diariamente a la realidad desde su empresa. Creo que hay muy pocos que puedan enseñarnos tanto. Estaremos pendientes.

Por último aunque no lo conozco personalmente (todavía), os recomiendo uno que encontré en el de Jason y en el que mezcla perfectamente Blogs (¿me pondrán una multa por usar este nombre?) con Personal Branding, es el de Scott Ginsberg. Tiene algunos documentos muy interesantes y motivadores.

Además, aunque no soy muy partidario del cortipega en el blog, os pongo esta historia que posiblemente conozcais. Me la ha enviado una buena amiga, que pronto va a ser muy conocida en el mundo literario. Y en el que mi proyecto aparece en uno de los capítulos de su libro en una especie de Product Placement de papel. Creo que viene a cuento por los últimos comentarios en este blog.


«El águila es un animal que llega a vivir hasta setenta años. Pero para llegar a esa edad tiene que tomar una seria decisión a los cuarenta años. Es una etapa en la que tiene las uñas largas y flexibles, no consigue cazar; su pico puntiagudo y alargado se pone curvo, sus alas se vuelven hacia el pecho, envejecidas y pesadas por causa del grosor de sus plumas; en fin, volar resulta una tarea pesada y difícil.

Entonces, el águila solo tiene dos alternativas: morir o afrontar un proceso de renovación que durará ciento cincuenta días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y recogerse en un nido cercano a un paredón rocoso, donde no necesite volar. Encontrando ese lugar, el águila comienza a golpear el pico contra la roca hasta arrancárselo. Después de arrancarlo, espera que nazca un nuevo pico con el que luego se arrancará las uñas y cuando las nuevas uñas empiezan a nacer, se arranca las viejas plumas. Solamente después de cinco meses sale para su famoso vuelo de victoria. Entonces podrá vivir treinta años más.

En nuestra vida, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso semejante. Para nuestro vuelo de victoria, debemos desprendernos de recuerdos, de costumbres, de tradiciones que nos causaron dolor. Sólo cuando nos libramos del peso del pasado podemos aprovechar el valioso resultado que siempre nos brinda la renovación de uno mismo.»

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