Especialización: Marca Propia y la pizza

Me parece muy interesante y enriquecedor el debate que se ha producido con motivo de la especialización. He dado algunas vueltas al asunto, lo he aplicado a mi propio proyecto y he llegado a las siguientes conclusiones.

Palabras. Si alguien escucha por primera vez las palabras Marca Personal o Personal Branding podría pensar que es algo muy específico dentro de algo ya de por si muy concreto. No solo hablamos de marcas, sino que lo reducimos a algo tan elemental como las personas. Podría ser el tope de la especialización. Sin embargo, creo que es todo lo contrario.

Olvidémonos de las palabras, quedémonos con su significado. Si mi proyecto se llama así se debe a una serie de carambolas relacionadas con mi experiencia profesional en distribución o los dominios de internet disponibles.

Por lo tanto, no seamos tan obtusos de confundir un concepto o un «palabro» con una profesión. Analista de sistemas, asesor financiero o pediatra no son más que formas de definir a las tareas, no a las personas. Quienes están detrás de esas etiquetas son mucho más que un cargo en una tarjeta de visita. Lo importante es lo que hacen, o mejor aún, lo que son capaces de hacer y no el título que cuelga en su despacho (¿Alguien cuelga su título en el despacho? ¿Alguien tiene despacho?).


¿Hiperespecialista o Megageneralista? Para llegar a ser un buen especialista creo que antes hay que ser un buen generalista. En eso creo que Antonio tiene mucha razón. Este proyecto tan específico no podría existir sin muchos pequeños conocimientos de todo tipo. Películas de cine, algo de psicología, un pellizquito de ciencia, experiencias personales,…

Las innovaciones no surgen de la nada, son mezclas de cosas existentes. Es posible que al final surga algo nuevo, diferente, específico. Pero nace sobre la base de muchas cosas viejas. Un especialista debe tener una visión general o perderá la imagen en conjunto y quedará obsoleto. Por eso los jefes son especialistas en ver por encima del bosque, mientras que los «curritos» se dedican a las tareas por debajo de la superficie.

Por lo tanto, y como casi todo en la vida, creo que no hay blanco o negro, especialista o generalista, profesional o personal. En mi opinión, como le ocurre a la pizza todos debemos tener una buena base pero luego podemos hacerla única utilizando diferentes combinaciones de ingredientes. Eso no debe empobrecernos, sino todo lo contrario.


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