Empowerment, limosnas y libertad.
Uno de esos términos que parece que quedan más «chulos» en inglés es «Empowerment». Como tantos otros, es una palabra suficientemente ambigua como para que se puedan escribir manuales enteros sin decir nada que no sepamos.
En pocas palabras podríamos concluir que se trata de lo que toda la vida se ha denominado DELEGAR.
Pero delegar suena demasiado condescendiente, clasista y politicamente incorrecto. Es como dar una limosna, entregar unas migajas, ceder lo que te sobra.
La Marca Personal choca con este tipo de ideas. Lo que pretende no es mendigar un poco de poder, sino tomarlo.
No espera a que EL SUPERIOR (¿?) esté contento, le obliguen a ceder el control o simplemente esté demasiado cargado de trabajo para realizar ese acto de magnanimidad.
Supongo que es lógico que el Personal Branding naciese en norteamérica, un país en el que se fomenta el que cada uno tome sus propias iniciativas. El espíritu de la frontera en el que cada cual dependía de si mismo. En España llevamos demasiados siglos obedeciendo órdenes y dependiendo de otros.
El Personal Branding proporciona las herramientas para que cada uno se otorgue su propio poder. Para que asuma sus responsabilidades en lugar de esperar a que otros tengan que hacerlo porque se lo han contado en un curso para directivos.