40±10, María Antonieta y Osos Polares

Una Verdad Incómoda, esa obra cumbre de la manipulación de los sentimientos y el chantaje emocional tiene una escena especialmente genial. Una escena que debería aparecer en todos los manuales de propaganda. Se trata de esa en la que un precioso oso polar ve como va desapareciendo el hielo a su alrededor hasta que se queda flotando, solo y desamparado, en un océano inmenso.

Hoy he tenido la misma sensación que cuando vi la escena del oso pero con algo que nos afecta a muchos profesionales.

He comido con una buena amiga que trabaja en una multinacional. Me ha explicado algo que ya empieza a ser demasiado frecuente. Me contaba, al borde de las lágrimas, que está desesperada en su trabajo. Jornadas interminables y jefes a distancia que descargan sus neurosis en sus colaboradores.
Conozco bien a esta amiga porque antes fue compañera y se que es una profesional fuera de serie en todos los sentidos. También me hablaba de su pareja. Otro excelente profesional que lleva algunos meses fuera de mercado y no parece que haya grandes opciones a la vista.

Ambos pertenecen a la generación de 40±10, es decir, los nacidos en los 60 y 70. Igual que le ocurre al oso de Gore, los de esta generación vemos que el hielo va desapareciendo a nuestro alrededor. Parece que solo podemos aspirar a seguir flotando.
Deberíamos tener unos 20, 30, 40 años de vida profesional por delante, pero muchos ya se están ahogando o están perdiendo la vida (no ganándosela) en zoos corporativos.

Mientras tanto, los autodenominados mejores expertos del management de nuestro país se dedican a dorar la píldora a quienes les dan de comer (bien). Dedican sus libros a glosar experiencias de éxito ajenas, pero siempre en las alturas. Temas como la soledad del directivo o el directivo feliz (os juro que el libro existe) les permiten presumir en los medios de la cercanía a los que mandan. Actúan como cortesanos de María Antonieta presumiendo de la cercanía al poder empresarial.

Fuera de palacio la gente tiene problemas, pero ellos se dedican a cuidar prados de mentira y a debatir sobre el olor de las nubes (talento, liderazgo, fluidez,…).
Cuando les cuentas lo que ocurre unas plantas por debajo de la Zona Noble de las organizaciones, estos «expertos» reaccionan como María Antonieta (¡ya no hay valores!, ¡no hay talento!, ¡ha desaparecido el compromiso de la plebe!)
¡Si las masas no tienen pan, que coman pasteles!
No entienden nada.

Está claro que, como el oso, estamos solos. Los de 40±10,20,30…
Si todavía esperas que alguien se preocupe de tí en la organización acabarás flotando en un océano inmenso. Los niveles inferiores de la empresa son invisibles para estos gurús de cámara.

Así que, empieza a almacenar grasa, vienen tiempos difíciles, pero sobre todo, empieza a nadar hacia donde está el futuro. Nadie va a lanzarte un bote salvavidas. Los expertos en personas están demasiado preocupados convenciendo al emperador de que su traje (inexistente y carísimo) le sienta como un guante. Cuando el emperador se de cuenta de que va desnudo o cuando la reina haga una visita a la guillotina, será su problema, no el nuestro.

Dependes solo de tí. Muévete. Escribe tu declaración de Independencia (¡Impresionante y Emocionante!). Búscate la vida. Llama a tus contactos. Prueba nuevas cosas. Haz lo que te gusta y ponle un precio. Haz algo, pero no dejes que el suelo desaparezca bajo tus pies.

Esta si es una verdad incómoda.





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