Campaña electoral, liderazgo y Marca Personal

Creo que cuando se habla de Marcas Líderes refiriéndose a un producto o servicio no se está demasiado desencaminado. En realidad un líder es alguien que consigue que la gente actúe como él (o ella) quiere. Por lo tanto, una Marca Líder es aquella que hace que un consumidor estire el brazo hacia el punto del lineal en el que se encuentra su producto.

De Alejandro Magno a Hitler, ha habido muchos líderes que han conseguido arrastrar a mucha gente. También les han empujado a realizar actos que antes del «lider» habrían considerado aberrantes. Fueron capaces de hacer entender a sus «clientes» que su oferta era la mejor y que el precio a pagar merecía la pena.

En mi opinión, ya he dicho aquí en otras ocasiones, un líder se basa en tres pilares.

  • Tener objetivos claros.
  • Tener claros los objetivos de los seguidores.
  • Saber conectar los dos anteriores mediante una comunicación eficaz.

Como digo, esto se puede aplicar a Hillary Clinton o a Nokia, a Madonna o a Emilio Botín. La única diferencia es el tipo de reacción que se espera, votos, cuota de mercado, mayor influencia, dinero, cariño, fans…

Ya hace más de dos años hacía un análisis de la Marca ZP. Quizás sería interesante responder ahora las preguntas que hacía entonces.
Pero centrándonos en nuestra campaña electoral actual creo que hay que tener en cuenta los siguientes factores.

  • ¿Quién tiene (o parece o dice que tiene) los objetivos más claros?¿Cuales son realmente esos objetivos?¿El poder, el servicio a los ciudadanos, otras motivaciones desconocidas?
  • ¿Cuales son los objetivos (prioridades, preocupaciones) de sus «clientes»?¿Son reales o son los que «hay que tener», los políticamente correctos?¿Hay mucha hiprogresía, hipocresía en sus mensajes?
  • ¿Quién comunica mejor?¿Quién tiene mejores y más medios de comunicación a su disposición?

Una mala gestión de estas tres variables puede destrozar la Marca Personal de un político. Quizás no existan Marcas Personales en política, o no debería haberlas, no lo se. Quizás solo hay Marcas de Partido y los políticos son solo soportes publicitarios como Fernando Alonso o David Beckham, logotipos.


Seguramente el ganador de estas elecciones será aquel que consiga unir su «producto» con las necesidades de sus votantes y sepa comunicarlo mejor, como ocurre con cualquier Marca Comercial.

Quizás la fidelidad a la marca, el corazón, sea más importante que la lógica o la credibilidad. Eso puede estar muy bien para una colonia, un equipo de futbol o una cerveza, pero puede ser letal para un país.

Lo que no asegura nadie es la calidad de ese producto como hemos visto en otros momentos de la historia y de la publicidad.

Pero algo que me sorprende es que una de las características fundamentales que da valor a la marca, persona o comercial, no se tiene en cuenta aquí, la CONFIANZA. Parece que cuentan más las promociones (el 3×2, el 10% más de producto, 400 Euros) que las mentiras.

Si un producto nos sale mal o tenemos problema con un servicio, reclamamos o vamos a una asociación de consumidores. En el caso de la política eso no ocurre, se olvida y se sigue votando.


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