Carta de Ajuste

Quienes me leais con frecuencia quizás habéis notado un incremento del tono crítico de mis posts. Algunos amigos me lo han comentado ultimamente y tengo que estar de acuerdo con ellos.

Aunque hay muchas cosas que criticar y que mejorar en este mundo, creo que el Personal Branding es algo positivo que ayuda a desarrollarnos como personas y como profesionales. Así que tengo la intención de dar un giro más positivo a mis posts. Aunque la verdad es que al final salen como les da la gana.

Creo que después de todos estos años que llevo desarrollando la Marca Personal hay algunas cosas que me han quedado muy claras. Aunque nunca me he mordido la lengua, es cierto que en ocasiones me he autocensurado para no herir algunas sensibilidades de gente a la que aprecio. A partir de ahora quiero dar un enfoque mucho más práctico, realista y objetivo de este concepto y pido perdón de antemano a quién pueda molestar.

Creo que hay que dar consejos prácticos, métodos aplicables y sistemas objetivos de desarrollo de Marca Personal. En algunos de los últimos posts he sido muy crítico con la autoayuda y con las tendencias buenistas y místicas que nos están volviendo idiotas, conformistas y patológicamente individualistas (yo, me, mi, conmigo). He leído ultimamente en algunos blogs de supuestos gurús del management que ponen como libro de referencia a pastiches como El Secreto y similares. Durante muchos años estuvo de moda lo de hacerse rico en un año, ahora parece que el último grito es ser feliz en una semana.


Considero el Personal Branding como una herramienta objetiva, práctica y muy potente de desarrollo profesional. Una herramienta que sirve para alcanzar objetivos profesionales, un buen puesto, independencia financiera o simplemente trabajar menos y vivir mejor. Creo firmemente que esta es la mejor forma de ser feliz, pero la felicidad es una consecuencia de lo anterior, no la meta.

No voy a ocultar las consecuencias económicas positivas de desarrollar una Marca Personal. Ni voy a pedir perdón por ello. Me gusta la visión protestante del trabajo que considera que el éxito es una consecuencia de las buenas acciones y no algo negativo. Quizás los españoles estamos demasiado influidos por la visión católica que considera que por definición alguien que ha conseguido triunfar es una mala persona y quienes carecen de recursos son buenos por definición.

Voy a seguir criticando las modas de management que pretenden vendernos como nuevo no ya lo antiguo sino lo viejo. Que se dedican a vender ideas tan bonitas como inútiles.

Llevo algunos días reflexionando sobre el enfoque que quiero dar a este proyecto. Así que dejaré la carta de ajuste mientras empieza la nueva programación.


Compartir esta publicacion