La fórmula del compromiso

Esta semana he hablado de Marca Personal en el 1er Congreso para Ejecutivos de Asociaciones. En este congreso también estaba invitado Fernando Polo y dió la casualidad de que ambos éramos los primeros en intervenir.

Creo que ambas presentaciones fueron bastante diferentes, en el fondo y en la forma, a lo que parece que suelen estar acostumbrados este tipo de profesionales. La de Fernando, absolutamente genial, creo que les rompió bastantes esquemas. Les habló de 2.0, de blogs, de cambios de paradigmas a personas que siguen trabajando, a su pesar, con herramientas y procedimientos de hace veinte o treinta años.

El segundo día, intervino Juan Carlos Cubeiro, al que tenía ganas de escuchar en vivo y en directo. En otro momento quizás de una opinión más detallada y haré un análisis de Marca Personal de este tipo de expertos. Pero entre otras cosas, dijo algo con lo que coincido completamente y que explica muchas cosas.

Dijo que el compromiso se compone de dos elementos:

Compromiso = Proyecto Ilusionante + Credibilidad

Creo que ahí está la clave precisamente de la falta de compromiso con las empresas. La culpa no es de los jóvenes, o de los «empleados» o de los profesionales. La responsabilidad es de las organizaciones que no saben proporcionar un proyecto que merezca la pena y la credibilidad hace mucho, muchísimo que la perdieron.


Esta fórmula se puede aplicar a la política, a la familia, a los amigos o a cualquier situación en la que exista una relación y algo por hacer.

Mi conclusión mientras le oía es que solo hay una posibilidad de compromiso para los profesionales. Es el compromiso con uno mismo,… y no siempre. Dicho esto te haría las siguientes preguntas

¿Eres capaz de idear y poner en marcha un proyecto ilusionante?
¿Eres capaz de creértelo tu y de hacer que se lo crean los demás?

¿Has respondido que si a las dos preguntas? Entonces, antes o después, por cuenta propia o ajena, serás un emprendedor (o intraemprendedor).
¿Has respondido que no a alguna o a las dos preguntas? Entonces tienes un problema… y tu empresa también.


Compartir esta publicacion