¿DNA o DNI? ¿Carne o Carné? ¿Shalom o Shalam?

Ya han pasado las fiestas y me gustaría utilizar un par de noticias aparecidas estos días para relacionarlas con un componente básico del Branding Personal.

Conflicto Israel-Palestina.
Independientemente de las simpatías que tengamos hacia cada uno de ellos, creo que a todos nos crea una enorme impotencia ver como un enfrentamiento se puede enquistar de esa manera.
Supongo que todos hemos pensado que lo lógico sería sentarse y hablar. Pero al mismo tiempo a nadie le gusta que le estén cayendo bombas en las cabezas de sus hijos. Creo que casi todos exigiríamos una respuesta si en lugar de estar cómodamente sentados en nuestro sofá alguien nos enviase misiles todos los días.

Encuestas electorales.
Creo que, a pesar de las diferencias ideológicas, todos estamos de acuerdo en que este gobierno podría hacerlo mucho mejor. A pesar de todo, el partido de la oposición no consigue superarlo. En general, creo que esta ha sido siempre una debilidad de los partidos conservadores en nuestro país.
Los partidos de izquierdas han sabido conseguir asociar sus valores a los de los votantes, independientemente de la eficacia de su gestión o del cumplimiento de esos principios una vez en el poder.
En realidad, igual que ocurre con los equipos de futbol o algunas marcas comerciales da la sensación de que lo importante no es lo que se hace sino con quién te identificas (yo soy de …… de toda la vida). Y ahí está la clave.

Con mucha frecuencia hablo aquí de la importancia de gestionar la forma en que nos perciben los demás. Pero también suelo decir que todo parte de la propia persona, de la forma en que nos percibimos a nosotros mismos.


Cada uno de nosotros es su principal cliente y dificilmente te van a comprar otros si no te compras a ti mismo.

Lo que ocurre es que todos nos vamos construyendo una identidad. Nuestro DNI llega a ser más importante que nuestro DNA. No somos lo que somos sino lo que creemos o nos dicen que somos. Nuestro carné es más importante que nuestra carne. Nuestra profesión, religión, ideología o cultura es más importante que nuestra persona.

Poco a poco nos vamos asociando a unas ideas, a unas ideologías, a unas identidades que nos hacen sentir seguros. Por eso es tan dificil cambiar. Por eso, de nada sirve hacer una política mejor, ser más eficiente, ganar partidos o tener la razón. Lo que realmente importa es «ser de alguien», aunque lo haga mal.

Creo que la Identidad es el punto de contacto de este concepto. Es donde se junta la Psicología, el Marketing y hasta el sentido común.

Identidad
Diccionario RAE
2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.
3. f. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.
Marketing
La Identidad de Marca es la apuesta estratégica que hace una marca por ser percibida de una manera determinada.
Psicología
Las ideas que tenemos acerca de cómo somos y cómo nos ve el mundo.

La identidad es lo que nos hace sentirnos seguros, es la roca a la que aferrarnos cuando todo falla. Por eso nos cuesta tanto cambiar.
Si durante años «has sido» de izquierdas o de derechas, del Barça o del Madrid, de Pepsi o de CocaCola, tratar de cambiar eso implica cambiar muchas cosas dentro de ti. Por lo tanto harás lo que sea para justificar lo injustificable.

Es importante sentir que formas parte de algo, pero no puedes sustituir la identidad de otros por la tuya propia. Las guerras, las matanzas, los genocidios se han producido cuando la identidad «común» ha sustituido a la propia. La identidad es lo que te hace ponerte un cinturón de dinamita y hacerlo explotar en un autobús escolar. Los Balcanes, el nazismo, ETA, el comunismo, las cruzadas, el 11-M,…

La identidad es el núcleo, el punto de partida del Branding Personal. Es lo que va a hacer que te vean (y te veas) de una manera determinada. Creo que una Marca Personal debe tener una identidad fuerte, pero esta no debe ser ni inmutable ni impuesta por otros.

Es duro tener ideas propias y defenderlas, pero no dejes que otros piensen por tí.





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