Marca Personal, Actitud Mental y Emprendedores

Hace unos días hablaba con tristeza de la paralización, el pesimismo y el bloqueo de muchos de los asistentes más jóvenes a mis cursos en escuelas de negocios a la hora de encontrar formas de «ganarse la vida» más allá del empleo.

Sin embargo, la pasada semana, primero en Madrid y luego en Alicante, en donde participé en la inauguración del Centro del Emprendedor, vi un panorama absolutamente distinto. Afortunadamente.

Especialmente, en este último acto, vi gente de todas las edades, perfiles y profesiones. Pero en todos ellos había una característica común. Frente a la actitud derrotista y derrotada de la mentalidad de «empleado», los asistentes a los eventos de emprendedores y a Iniciador estaban buscando nuevos caminos en lugar de excusas.

Y creo que esa es la clave, la mentalidad proactiva. A veces digo que entre un parado y un emprendedor solo hay una diferencia: La actitud. El emprendedor lo tiene más dificil aún que el parado, porque además de no tener ingresos, tiene gastos de proyecto y debe pagar su Seguridad Social. Pero tiene algo que le hace diferente, una motivación, una fuerza que le hace buscar soluciones en lugar de quejarse por lo mal que le trata el mundo. Un emprendedor no se queja por una razón muy sencilla, no tiene tiempo.


Las palabras a veces pueden convertirse en una barrera y pueden tener connotaciones que o no son ciertas o hace mucho que dejaron de serlo. Creo que debemos empezar a buscar un nuevo término que defina a aquellos que buscan formas diferentes de trabajo.

Autónomo. No es más que una definición administrativa. Al oirla pensamos en papeleo, burocracia. Nos viene a la mente la imagen de un representante de comercio que recorre España por carreteras comarcales con un viejo maletín lleno de folletos y muestras.
Empresario. Parece algo (y alguien) muy gordo. Suena a grandes inversiones, a oficinas en centros de negocios y a mucho más papeleo.
Freelance. Pronto pensamos en eso que hacen algunos creativos y diseñadores de páginas web. Suena muy «cool» pero no parece que se ajuste mucho a mi especialidad como fontanero de sanitarios de alta calidad.
Emprendedor. Nos viene a la mente ese joven ingenuo que pronto se dará la leche, se dejará de tonterías y buscará un trabajo «de verdad». Se supone que es lo que debían fomentar las Escuelas de Negocios antes de convertirse en fábricas de Escualos de Negocios.

Me gusta lo de Agente Libre, pero no deja de ser una mala traducción del inglés.

Quizás podría ser válido el concepto de Profesional con Marca Personal para representar a personas que piensan como empresas, independientemente del tipo de contrato o de relación laboral que mantengan con sus «clientes».

Creo que es hora de encontrar nuevos términos y significados a lo que estamos haciendo muchos profesionales, a buscarnos la vida independientemente de la definición administrativa con que nos etiqueten.

Mientras los gobiernos obsoletos y los sindicatos y «patrones» se dedican a vivir del cuento y a debatir sobre el futuro del empleo y la flexibilidad laboral, el mundo sigue dando vueltas. Cuando se pongan de acuerdo será demasiado tarde porque ya nos habremos flexibilizado nosotros mismos.

Por todo esto y por muchas cosas más, estoy muy orgulloso de poder participar con muchos buenos amigos (a los que conoceré por primera vez en analógico) en el Macroevento del Día de la Persona Emprendedora en Valencia el día 7.





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