¿Y qué gano yo con esto?
Lo leemos en cada manual de estrategia que vemos en las librerías.
Aparece en cualquier libro de autoayuda que se precie.
Se insiste hasta el aburrimiento en todos los textos de «management».
Pero hasta que no «sufres en tus carnes» las consecuencias de su falta, no te das cuenta de su importancia. No me refiero a la TV o a Internet sino a la necesidad de establecer objetivos concretos.
En los últimos tiempos estoy siendo muy crítico con el abuso de lo dospuntocero. No discuto su utilidad, pero cada vez me parece más cuestionable que se considere normal lo que en mi opinión roza el abuso, lo patológico o la dependencia.
Al hacer estos comentarios en los que critico alguna de estas herramientas, siempre suele aparecer una voz sensata que me pregunta:
(completa la linea de puntos con tu herramienta 2.0 favorita)
Y creo que esa es la cuestión clave. Lo importante no es la respuesta específica de cada cual (diversión, dinero, posicionamiento, autoestima,…), sino la simple existencia de un objetivo claro. Como todo en esta vida.
El pasado miércoles estuve en la interesante y divertida charla de David Weinberger, coautor del Manifiesto Cluetrain, en la Fundación Telefónica.
De nuevo surgieron los conceptos «clásicos» de lo dospuntocero. Conversar, Contribuir, Colaborar. Cuando una y otra vez se repiten estas ideas tan, tan bonitas, parece que va a aparecer una Miss Universo y a continuación va a decir eso de la paz en el mundo.
Supongo que si viviésemos en un mundo ideal, en el que los seres humanos no pensasen nunca en si mismos y siempre se preocupasen por los demás, esto tendría sentido. Pero me temo que antes o después alguien se va a dar cuenta de que la conversación, la contribución y la colaboración solo tienen razón de ser si el conversador, contribuidor o colaborador saca algo en claro, si le facilita la consecución de sus objetivos.
Y esto no es ni bueno ni malo, creo que el ser humano es así. Incluso los más santos, o precisamente ellos más que el resto, hacen lo que hacen porque esperan algo. Creo que es lo que mueve el mundo.
En el turno de preguntas en el acto que comentaba, alguien (por la voz parecía una persona experimentada y de cierta edad) tuvo la osadía, el atrevimiento, la inconsciencia de preguntar por el rendimiento económico de todo este esfuerzo. ¡Pecador!¡Hereje!¡Ceropuntocero a la izquierda! Pero creo que nadie dió una respuesta clara. Simplemente, parecía que no venía a cuento. Meter la rentabilidad en este mundo ideal y filantrópico de la colaboración, la conversación y la contribución era casi insultante, insensible y grosero.
Otra persona dijo algo, en mi opinión bastante sensato, relacionado con esas críticas que se hace a las empresas «tradicional-casposas» que no se han convertido todavía al dospuntocerismo. Dijo que las empresas se meterían a saco en todo esto cuando viesen un retorno claro de la inversión (no necesariamente económica) de todo esto (colaborar, conversar, contribuir). Que inventen ellos (y luego ya veremos).
Luego pude charlar más tranquilamente con David y le planteé esta misma cuestión pero aplicada a los profesionales que desean posicionar su Marca Personal. ¿Que gano yo REAL/CONCRETA/TANGIBLEMENTE con todo esto (colaborar, conversar, contribuir)?
La conclusión que saqué es que el fin de todo esto es el medio y viceversa. Al parecer no se trata de conseguir nada concreto. El objetivo de colaborar, conversar y contribuir es… colaborar, conversar y contribuir.
Yo no puedo quejarme del resultado de mi inversión en tiempo y esfuerzo en La Red, pero si fuese posible hacer un análisis serio del ROI ¿Cual sería el resultado? ¿Cuál es el coste de oportunidad de las horas echadas delante de la maquina?
No digo que no hayas conseguido pescar algo. Quizás algunos buenos ratos, algún contacto, sentir algo de compañía en la soledad del emprendedor, pero ¿Es lo que necesitas como profesional que desea posicionarse? ¿No habría sido más eficiente y rentable dedicar ese tiempo/esfuerzo a otra «línea de negocio»?
Me temo que una vez superado el efecto novedad de todas estas herramientas-juguetes, alguien empezará a plantearse si además del entretenimiento, la sensación de sentirse parte de un grupo o el orgullo de aparecer en un ranking que solo visitan unas decenas de personas, hay algo realmente aprovechable.
Para un profesional que quiera desarrollar una estrategia de Marca Personal es especialmente importante tener esto en cuenta. Una o dos horas al día en esta máquina de café global, en que parece que se ha convertido esto de las Redes Sociales y otras hierbas, implica que has invertido dos días completos al mes y eso son muchas horas al año.