Lecciones Aprendidas XXIX: Lecciones Aprendidas

Con cierta frecuencia me dicen algunos amigos que podría tener más visitas a mi blog si analizase las Marcas Personales de personajes famosos. Es habitual que cada vez que alguien consigue cierta notoriedad surjan montones de «expertos» que explican las razones de su éxito. Ha ocurrido con Obama, con Ronaldo, con la Esteban o con cualquiera de los personajes mediáticos que aparecen cada día, especialmente en TV.

Pocas veces se habla de científicos, madres o padres de familia, profesionales de todo tipo o empresarios que llevan años sacando adelante sus pequeños o grandes proyectos.

El problema es que yo no me encargo de inventarme historias basadas en datos puntuales, sesgados y posiblemente manipulados de personas a las que solo conozco por los medios. Yo me dedico a crear modelos que puedan utilizarse y generar resultados por personas normales y corrientes.

Lo curioso es que a estos «gurús» narradores de lo obvio, normalmente consultores del mundo de R2H2, les ocurre como a los economistas, son capaces de explicarlo todo… cuando ya ha sucedido. De este modo generan la sensación de que si son capaces de detectar y explicar el ¿talento? de las personas populares, podrán hacerlo con los «mindundillos» de la empresa. En realidad no son muy diferentes de las pitonisas de las televisiones locales en la madrugada.

A una persona de ciencias como yo, esta forma de actuar es opuesta a todo lo que me han enseñado.

Lo que te convierte en un experto no es la capacidad de convertir un caso puntual (y seguramente irrepetible) en una categoría. Lo que te da credibilidad es el análisis de muchos datos para elaborar una teoría, una hipótesis válida o un sistema reproducible.

Nos están acostumbrando a poner como ejemplos de éxito a personas que, seguramente se lo merecen en muchos casos, pero que posiblemente no podrían explicar su receta «secreta» más allá del trabajo duro, persistencia y un puntito de suerte. Pero eso no mola ni es atractivo.

Muchos de los libros de autoayuda están escritos por personas que han conseguido forrarse y que pretenden poseer la clave del éxito (y vendérnosla a doce euros en versión bolsillo). Los peores son los de ese señor o señora de Kentucky que pasó una infancia muy desgraciada, superó una terrible enfermedad y tuvo que sacar adelante a sus doce hermanos, pero al final consiguió crear un imperio con sus programas de formación motivadores. Esas recetas solo le funcionan al autor, pero siempre pueden decir lo mismo que los parapsicólogos cuando te has dejado las yemas de los dedos para doblar una cuchara, «es que no crees suficientemente en ello».


Lo malo de todo esto es que se crea la sensación de que alguien tiene una receta mágica para tener éxito, ganar followers o ser feliz sin esforzarse demasiado. Y es cierto que existe una forma de obtener reconocimiento, y todos la conocemos, pero implica un esfuerzo que casi nadie quiere realizar. 

Con motivo del mundial les ha faltado tiempo a los guru-analistas de siempre para sacar lecciones de «management» de los resultados de la selección. Lees en los blogs de gurusitos, que jamás han realizado más esfuerzo que el de darle a la tecla, como dan explicaciones sesudas sobre la caballerosidad del entrenador o la importancia del trabajo en equipo.

Son estos mismos los que decían, cuando España ganó la Eurocopa, que el éxito estaba en la personalidad de Luís Aragones. Pero da lo mismo, como dijo Groucho, si no te gusta esa explicación, no te preocupes, tengo otras.

Es esa mentalidad que explica que hay dos tipos de personas, las que tienen ¿Talento? y las que no, la que nos ha llevado a pensar que podemos forrarnos si aparecemos en un programa de televisión de baile, cante o macramé.

Si Holanda hubiese ganado el mundial a base de juego sucio, esos mismos analistas estarían explicando que vivimos en una sociedad en la que triunfa el juego duro, que son los individuos y no los equipos los que nos sacarán de la crisis, o cualquier otra cosa que hubiese encajado con el resultado.

Las Lecciones Aprendidas sobre el éxito se están sacando de quicio. A mi no me interesa explicar la Marca Personal de nadie a la que no haya conocido en profundidad. Mi trabajo consiste en crear modelos de posicionamiento profesional y branding personal que puedan aplicarse a personas como tú y yo. No me dedico a construir mitos sobre éxitos pasados.

Si quieres posicionarte como experto, debes encontrar la forma de hacer un trabajo sostenible, repetible y consistente. No puedes basar tu carrera en un éxito puntual, por muy espectacular que haya sido. En el mundo profesional debería valorarse más a aquellos que llevan años sacando eficazmente el trabajo adelante que a los que se han convertido en estrellas por un éxito puntual.

Una huella, una Marca Personal fuerte se deja con el tiempo. Los éxitos espectaculares y puntuales son llamativos, pero su recuerdo se desvanece con rapidez.


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