Si no lo veo, no lo creo

No me gusta el futbol, me aburre terriblemente. Cuando veo que en la televisión anuncian los «grandes» partidos como si fuese algo épico o cuando en el telediario dedican más de media hora a los cotilleos balompédicos me doy cuenta de lo bajo que hemos caido. Pero lo peor es cuando lo importante deja de ser que un equipo juegue bien o gane muchos partidos y el protagonismo se lo llevan las estupideces de unos entrenadores o jugadores cuyas declaraciones simplonas se convierten en objeto de debate. Parece que llamar la atención es la prioridad y lo de menos es cumplir con tu obligación.

Estamos en campaña electoral. Durante años, los políticos han hecho lo que saben hacer: jodernos la vida. Podría decirse que unas docenas de tarados han creado unos cuantos millones de parados. Ahora tienen unas semanas para hacer todo tipo de «tontás» que llamen la atención. No hay más que ver como han derrochado nuestro dinero o como nos han llevado a la situación actual. Ahora el lema es: «Premio a quien consiga más atención» o lo que es lo mismo, «Que hablen de nosotros aunque sea mal». Creo que el mundo de la política es uno de los principales culpables de la mala imagen del marketing porque se utiliza como cortina de humo para ocultar la incompetencia… y muchos pican.

Pero parece que todo lo malo se contagia y en La Red veo que se extienden las malas artes de futbolistas y políticos. Para mucha gente, Internet y las Redes Sociales se han convertido en una trompeta o un altavoz de juguete que alguien regala a un niño. Es algo que sirve para hacer mucho ruido pero que acaba dando dolor de cabeza a quienes están cerca de la criatura. El caso es que la personita lo utiliza para aquello que más le gusta, convertirse en el centro de atención.

Pero tras tanto ruido y cacofonía, echo mucho de menos algo de sustancia y unas cuantas evidencias. Siempre suelo insistir, y cada día más, que no se puede sostener una marca personal o comercial sin una propuesta de valor que la sustente y sin una demostración de que lo que se dice es cierto.

¿Qué me puedes ofrecer? ¿Qué gano yo con tu propuesta? ¿Cómo va a cambiar mi vida si te contrato? y aún más importante ¿Por qué debería creerte?

Llamar la atención es sencillo. Solo hay que decir algo polémico en Twitter (o en una comida con los amigos), hablar de sexo o atacar algo que mucha gente respeta. Muy bien, ya lo has hecho. Durante unas horas (ni siquiera días), tendrás tu momento de gloria, pero desaparecerá rápidamente si no tienes nada más que ofrecer.

Es cierto que una estrategia sólida de Branding Personal debe tener un componente de visibilidad. Pero no se trata de enseñar por enseñar, eso es exhibicionismo. Es fundamental que quien quiera convertirse en un referente cumpla dos condiciones:


Ofrecer algo valioso

Si estás en todas las Redes Sociales, si te dedicas a «vivir» en dospuntocerolandia, es posible que consigas muchos «amigos» (¿Cuantos son muchos? ¿500, 5000, 500.000?). Puede hasta que te posiciones bien en los buscadores. Pero ese puede ser tu mayor error si no tienes algo que ofrecer o que enriquezca a quién tiene interés en saber más de tí. Quizás consigas que mucha gente te conozca y compruebe que tras ese avatar chulo solo hay… un avatar chulo.

Posiblemente uno de los mayores errores que se pueden cometer en La Red es entrar en el juego dospuntoceril sin tener algo donde agarrarse. Desgraciadamente, como ocurre en la vida «real», aqui no hay posibilidad de crear una segunda buena primera impresión. Si entras a saco y quieres dejar una Marca Personal valiosa, debes ser consciente de que tienes algo útil que proporcionar desde el primer día.

Generar credibilidad

Vale, ya me has demostrado con tus post o con tus ideas en 140 caracteres que lo que dices es interesante y cada día aprendo algo. Pero no me basta con que me cuentes lo que puedes hacer, ahora tienes que enseñármelo. Para decirme lo bueno o buena que eres ya existe una herramienta inutil, el Curriculum. Lo que quiero es que me demuestres que puedes hacer lo que dices de forma eficiente y consistente.

En La Red hay gente que promete de todo. En mi negociado no hay día que no me encuentre tres o cuatro personajes que «venden» Branding Personal cuando lo que hacen (o eso dicen) es enseñarte a elegir el color de la corbata, a crearte un perfil en Linkedin o hacer un DAFO.

Generar confianza es lo que consigue que tu valor aumente y que tus posibilidades de ser escogido se multipliquen. Por eso, tu obsesión debe ser encontrar pruebas de tus logros. Y cuando las tengas, vas y lo cuentas. Pero no trates de invertir el orden de los factores.

La credibilidad se consigue a base de tiempo, experiencia, demostración de resultados, recomendaciones, métodos consistentes… Si quieres saber a quién hay que escoger, no te quedes con el ruido, investiga un poco y busca pruebas que demuestren que hace lo que dice. Especialmente si lo que promete es espectacular o poco habitual.





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