Cuestiones estratégicas

En el post anterior hablaba de modificar la forma lineal de pensamiento de la mayoría de los profesionales y tratar de analizar variables que normalmente no contemplamos. En uno de los comentarios al post, Rubén me planteaba algunas cuestiones típicas de ese tipo de pensamiento. ¿Qué master hago? ¿A quién le envío el CV? ¿Estudio idiomas?

Hace poco estuve con una buena amiga y magnífica profesional. Como muchos otros excelentes profesionales, disfruta con su trabajo pero está harta de la organización. Por otra parte, ha descubierto un área que le apasiona y que no tiene nada que ver con lo que hace en este momento. Se estaba planteando si debería dejar su trabajo y dedicarse a esa otra actividad.

Creo que tanto en las cuestiones del tipo de las que plantea Rubén, como en el caso de mi amiga, existe la tendencia a seguir la linea de puntos en lugar de elevarse y ver el mapa más ampliamente.

En mi opinión, para decidir si hay que hacer un master, dejar una empresa, estar en Redes Sociales o desplazarse quinientos Km. para impartir un curso (por el que no vas a cobrar nada) hay que ver el panorama completo. Y aquí voy a estar de acuerdo con mis amigos coaches y admitir que las preguntas adecuadas pueden darte la respuesta que necesitas.

Creo que en muchas ocasiones nos obsesionamos con la táctica (hacer un MBA, dejar un trabajo) porque hace tiempo que hemos perdido de vista el objetivo y, por lo tanto, es imposible diseñar una estrategia. Lo que hay que preguntarse siempre es: ¿Y esto me va a ayudar a conseguir lo que quiero? El gran problema es que o no tenemos claro hacia donde vamos o hace mucho que nos olvidamos de lo que queríamos.

Desde el punto de vista del Branding Personal esto es fundamental porque cuando no sigues tu rumbo y permites que tus límites (valores) se puedan pisotear, poco a poco vas perdiendo credibilidad y solidez. Y eso genera Marcas Personales débiles. Por lo tanto, es imprescindible empezar a crear nuestro plan y nuestro sistema de control.

En realidad no sería dficil crear un Cuadro de Mando de Marca Personal que nos facilite la toma de decisiones. Un cuadro de este tipo debería tener muy a la vista el objetivo. Y también debería tener una serie de apartados para gestionar las variables que podemos modificar y olvidarnos de aquellas que escapan a nuestro control.

  • ¿Con qué recursos (tiempo, dinero, información, mentores,…) cuento? ¿Qué recursos necesito? ¿Donde puedo conseguir lo que me falta?
  • ¿Cómo me estoy dando a conocer? ¿Tengo que estar en dospuntocerolandia? ¿Para qué voy a estar en Twitter si mi audiencia no sabe ni lo que es eso?
  • ¿Qué tengo que aprender? ¿Qué alternativas tengo? ¿Realmente necesito un master o lo que quiero es uno de los beneficios del master? Si lo que quiero es hacer contactos o aprender o tener un título ¿Hay alternativas más eficientes en tiempo y costes?
  • ¿Cómo me percibe la gente que me interesa? ¿Cómo me percibo yo? ¿Hay mucha diferencia? ¿Poca? ¿Cómo va a creer alguien en mi si yo mismo me considero un inutil?
  • ¿Que puedo aportar? ¿Soy capaz de hacer algo diferente y/o valioso? ¿Qué tengo que hacer para que se valore lo que hago?
  • ¿Cómo me gano la vida? ¿Cómo puedo empaquetar mi trabajo para venderlo?
  • ¿Puedo compatibilizar un empleo que detesto con el desarrollo de mi plan B?
  • ¿Qué personas son realmente las que me influyen? ¿Quienes me acercan y quienes me alejan de mi objetivo? ¿Puedo abrir nuevos «mercados» (colegas, amigos, «tribus»…)?

En realidad se trata de estructurar tu profesión igual que haría un empresario o un gestor. Los directivos no deberían implantar un nuevo sistema solo porque todo el mundo lo hace, ni tu deberías hacer un master solo porque es lo que «debe hacerse». Los buenos gestores tratan de ver el panorama con el mayor detalle posible, se hacen las preguntas adecuadas y, a partir de ahí toman decisiones. Eso es lo que deberíamos empezar a hacer.

Pero aún hay algo más importante. Todo lo anterior es una absoluta pérdida de tiempo si inmediatamente después de ver (o adivinar) el panorama no te lanzas a la piscina. Es curioso pero la mayoría de la gente falla en los dos extremos del proceso, o no tienen un objetivo, o no se ponen en marcha para alcanzarlo.

Así que piensa un poco este fin de semana y el lunes levanta el culo y empieza a hacer algo para salirte de la línea. Supongo que nos ha quedado muy marcado eso que hemos oido desde pequeños: Tío/a no te pases de la raya.





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