Si, pero…

Hace unos días leí o o escuché en algún sitio que un «Si, pero…» es equivalente a un no. Y creo que es algo muy cierto. Cuando tratas de conseguir que alguien actúe, especialmente cuando se trata de algo que va en su propio interés, y su respuesta está condicionada, entonces todo se desmorona.

Con frecuencia, por no decir siempre, cuando hablo de Branding Personal a un grupo de gente siempre hay alguien que más pronto que tarde hace surgir el dichoso, «Si, pero…» y este puede adoptar distintas formas.

  • Si, pero… es que no todo es tan bonito como lo cuentas. En realidad siempre suelo ser bastante animal contando las cosas, así que siempre me extraña cuando dicen que lo que digo es muy bonito. Pero al pedir más detalles, siempre surgen un montón de «culpables». La economía, los demás, las empresas,… Pero nunca, nunca nadie de los que buscan excusas suele asumir su parte de responsabilidad.
  • Si, pero… lo que te ocurre a tí no es lo normal. Si lo traducimos al castellano antiguo esto sería el clásico, «si pero es que tu has tenido mucha suerte, cabrón». No niego que la suerte pueda influir, pero nadie tiene ni idea de las horas, disgustos y esfuerzo que he dedicado a sacar minimamente la cabeza. El problema es que cuando se trata de hacer un esfuerzo superior al habitual todo se hace muy cuesta arriba, especialmente si nadie te asegura un resultado.
  • Si, pero… lo que propones no es lo habitual. ¡Evidentemente! ¡Pues claro que no es lo habitual! Entre otras cosas porque lo habitual ya no funciona. Si los empleos no existen y lo mejor que puedes conseguir es un trabajo sin sueldo, ¿No será hora de empezar a pensar en lo inhabitual? Parece mentira pero hay mucha gente inteligente que no es capaz de salir del esquema CV-Empleo cuando eso ya no existe y además hay muchas más opciones para ganarse la vida.

En mi opinión y tras conocer a muchas, muchísimas personas en mis cursos y ponencias, lo que me ha quedado claro es que es imposible desarrollar una estrategia de Marca Personal si antes no se cumple una condición básica, tener la cabeza minimamente amueblada. No tiene sentido tratar de dejar una huella en otros si antes no hemos puesto orden en nuestra mente. ¿Como pretendes que te crean o te tomen en serio si no te crees a tí mismo?

En ocasiones soy muy crítico con algunos aspectos del coaching, pero creo que cuando de trata de Marca Personal es mucho más importante un/a coach o un mentor, un estratega o incluso un project manager que un experto en Social Media. Al menos en una primera etapa. Porque la Marca Personal se construye sobre la persona, aunque algunos puedan pensar que primero se crea la marca y luego metemos a la persona dentro a presión.

El cuello de botella del Branding Personal para un profesional es él mismo. Y la dificultad más grande para conseguir convertirse en un profesional de referencia es el análisis y dianóstico de la propia identidad. Por eso, cuando veo a toda esa gente que habla de Marca Personal y ves que todo lo que cuentan es como utilizar Facebook o crear un perfil en Linkedin o algo peor, cuando dicen que el Branding Personal es cuidar tu imagen externa, me sale una sonrisa agridulce.


Las Redes Sociales solo tienen sentido si antes has conseguido una visión muy clara de tí mismo, de lo que eres, de lo que quieres, de lo que puedes aportar. Una estrategia de Branding Personal solo se pone en marcha si antes te has liberado de todas las barreras mentales que te frenan y que te generan todos los «Si, pero…» del mundo y muchos más.

Lo más triste de todo es que quienes generan más excusas son aquellos que más necesitan algo como el Branding Personal. Profesionales valiosos pero desempleados o hartos de trabajar en algo que detestan. Son ellos y ellas quienes no dan la más mínima opción a algo que quizás no es lo tradicional, pero que he comprobado que funciona. Y cuando les preguntas sobre su estrategia se callan.

Mientras tanto, son los emprendedores, los intraemprendedores y quienes tienen ganas de comerse el mundo los que abrazan un concepto como este. Pero es lógico porque ellos y ellas ya han superado esa etapa de indefinición. Tienen claro lo que quieren, tienen una visión motivadora, tienen definido su papel en el mundo y no hay barrera que les frene. Saben que el que no arriesga no gana. No tienen miedo de fijar un objetivo porque para ellos es una guía y no pasa nada si no lo consigues al cien por cien. Para ellos, lo más dificil ya está hecho y solo queda lo facil… salir y contarlo.

Si tras este post, hay un «Si, pero…» que te sigue rondando, háztelo mirar. Aunque sólo sea para no estar compadeciéndote de tu mala suerte, levántate y haz algo.





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