Los Mercados
Parece que definitivamente ha calado el rollo Halloween. En todas partes vemos monstruos y terror. Pero quizás la principal tendencia en moda terrorífica que nos están inculcando en los últimos tiempos es el título de este post: ¡Los Mercados! Uuhh, que miedo.
Este fin de semana leía en algún sitio que esto de encontrar o crear un grupo concreto o difuso al que culpar de todo lo malo es una forma burda pero eficaz de desviar la responsabilidad por parte de los inútiles incapaces de prever y gestionar una crisis. Lo de buscar un culpable está en el manual de primer curso del gobernante desde Adan y Eva hasta hoy. Se podrá echar la culpa a la serpiente por incitar a comer la manzana, pero la decisión de morder fue del inutil de Adan.
Lo que está claro es que salvo en el caso en el que te aisles de todo contacto humano, siempre vas a estar interactuando con otras personas de tu entorno. Con el tiempo, se establecen vínculos e intercambios de mayor o menor intensidad. Eso se aplica desde la guardería hasta el hogar del pensionista. Desde el entorno familiar a las relaciones financieras entre paises. Siempre nos movemos en un Mercado.
En mi modelo de Branding Personal, el mercado juega un papel fundamental. Sería estúpido tratar de diseñar una Marca Personal sin tener en cuenta el entorno en el que nos movemos y la forma en que nos vamos a relacionar con sus integrantes.
Siempre digo que una Marca Personal fuerte es aquella capaz de aportar valor y satisfacer las necesidades de su entorno. Cuando una persona consigue posicionarse en la mente de su mercado aumenta sus opciones y sus grados de libertad. Pero al mismo tiempo aumenta proporcionalmente la exigencia a la que será sometido. Todo tiene un precio y nadie regala nada. Eso no es bueno ni malo, es la ley de acción y reacción.
Por lo tanto, una estrategia de Branding Personal coherente debe tener en cuenta al mercado e identificar, valorar y gestionar los vínculos entre sus miembros. La decisión sobre el tamaño y las características de ese mercado serán responsabilidad de cada profesional. Si no lo gestiona bien, si no prevé los riesgos o si no está al día de lo que ocurre, el «rating» de la Marca Personal de un profesional descenderá al nivel de «marca basura» en poco tiempo.
Se me ocurren algunas ideas sobre los mercados y los profesionales.
- Mercado limitado y aparentemente estable. Muchos profesionales por cuenta ajena consideran que están en un mercado (empresa) estable y seguro. Esto sucede especialmente en empresas grandes. Por falta de tiempo o por exceso de confianza el profesional deja de relacionarse con otros mercados hasta que un día se ve expulsado del mercado (ERE, despido,…). Adivina quién será el «culpable».
- Mercado poco definido. Hay dos tipos de profesionales que deben buscar «clientes», los emprendedores y los desempleados. En ambos casos, el problema no es que el mercado sea pequeño sino que este no está delimitado. Existe una tendencia a «ir a todo» para no perder oportunidades. El problema es que sin segmentar el mercado se reduce enormemente la eficacia de la búsqueda.
- Mercado actual y potencial. Un profesional debería mantener abiertos los vínculos con mercados distintos al que le «da de comer». Si una empresa decide trabajar en exclusiva para otra, tendrá algún tipo de bonificación. Sin embargo, los profesionales hemos aceptado que desde el momento en que firmamos un contrato, debemos desaparecer de la escena empresarial sin ninguna contrapartida. Creo que un profesional debe mantener vivo su recuerdo en el mercado.
Creo que podrían establecerse muchos paralelismos entre las relaciones de las empresas y paises con el mercado y entre los profesionales y los suyos. Lo que está claro cuando se trata de Marca Personal es que esta solo tiene sentido en un entorno. Lo importante es darse cuenta que este entorno es cambiante, interesado y poco predecible. Nuestro deber es estar pendiente de lo que ocurre y tomar las acciones oportunas en lugar de echar la culpa a Los Mercados y llorar por la leche derramada.
