No he podido evitar oir su conversación

Conversación: Acción y efecto de hablar familiarmente una o varias personas con otra u otras.

RAE

Hay una frase que aparece en muchas películas que me encanta. Se trata de, «Perdone, pero no he podido evitar oir su conversación». Suele decirla alguien que está cerca del protagonista y utiliza esa excusa para proporcionarle algún dato o establecer contacto.

Hace algún tiempo leí y comenté la historia de un ruso que debido a un problema neurológico era incapaz de «desconectar» de lo que escuchaba a su alrededor. Mientras que el resto podemos enfocarnos en una conversación concreta o concentrarnos en algo aunque estemos rodeados de gente, este individuo era incapaz de aislarse mentalmente. Por lo visto, este hombre estaba a punto de volverse loco. Puedes imaginar lo que debe suponer un simple viaje en metro para este señor.


El caso es que no vivimos en una película ni tenemos problemas cerebrales como los de este pobre hombre. Así que no tenemos que oir ninguna conversación. Sin embargo, desde el boom de lo dospuntocero, parece que lo de escuchar conversaciones se ha convertido en algo deseable y necesario. De pronto, conversar se ha elevado a la categoria de lo sagrado.

Pero me parece que esta obsesión por mantenerse siempre conversando o escuchando conversaciones ajenas tiene algo de patológico. Sé que lo que digo es casi una blasfemia en dospuntocerolandia, pero creo que la obsesión por la conversación puede tener efectos negativos sobre las estrategias de Branding Personal. Pero afortunadamente todo tiene solución. Siempre podemos reducir el nivel de cháchara y blablabla.

  1. Lo que dejas de ganar. La mayoría de los dospuntocero más convencidos me aseguran que se puede tener mucho éxito si se es muy activo conversando en La Red. Normalmente me hablan de casos de personas que han conseguido algo útil tras incontables horas de palique virtual. Nunca se plantean lo que podrían haber hecho con ese tiempo si se hubiesen dedicado a asuntos más prácticos. Creo que muchos lo ven como una especie de ruleta en la que cuanto más juegas, más probabilidades tienes de que te toque algo, pero parece que pocos piensan en lo que se están gastando.
  2. No sos vos, soy yo. Cuando se trata de posicionar tu Marca Personal, es fundamental entender que, si no ofreces algo valioso, nadie te va a hacer caso. Por lo tanto, es imprescindible detectar las necesidades de tu «mercado». El problema surge cuando son los demás, o mejor dicho, aquellos que conversan contigo quienes acaban influyendo en tus decisiones. No digo que no haya que escuchar, el problema es que muchas veces, quienes se comunican contigo no sabes si son tus «clientes», tus «fans», alguien que te ama o te detesta o quizás tu mercado no es usuario de Internet. Pero, para un profesional, La Red no es una buena herramienta de Investigación de Mercados y puede acabar desviándote de tu ruta si sólo te basas en lo que lees por ahí.
  3. No estamos en el colegio. Recuerdo que una de las cosas que más nos preocupaban cuando éramos adolescentes era mantener el contacto con la pandilla. Parecía que si dejabas de salir algún fin de semana, los demás se iban a olvidar de tí. Así que hacías todo lo posible para no perderte ninguna quedada. La verdad es que luego te dabas cuenta que en la mayoría de las ocasiones no te perdías nada y solías aburrirte bastante. Creo que algo parecido ocurre en dospuntocerolandia. Da la sensación que si dejas de estar con «la peña» van a olvidarse de tí. Y seguramente es así. Pero quizás eso no sea tan malo y tenga otro tipo de beneficios. Y como decía mi madre, «hijo, si realmente te aprecian, no pasa nada porque no salgas todos los días».
  4. Parálisis por el análisis. En los últimos tiempos he tenido bastantes retuits de algunos posts. Por otra parte, cada día me piden más colaboraciones para algunos medios. Sin embargo, cada vez me da más pereza escribir por algo muy sencillo, lo que antes hacía por gusto ahora se está convirtiendo en una obligación. No sé tú, pero yo siento una presión absurda cuando me siento delante del teclado y eso no me gusta. Eso de hacer algo y esperar el veredicto de gente a la que no conozco no me parece bueno para una estrategia de Branding Personal. Creo que la dichosa conversación, el miedo a lo que se pueda decir o comentar, puede acabar generando un comportamiento artificial que va en contra de la autenticidad que debe tener una Marca Personal.
  5. No estás en la lista de Fortune 500. En este momento algunos se estarán rasgando las vestiduras por lo que estoy diciendo. Me dirán que las grandes empresas necesitan conversar con sus clientes. Pero hay un problema en ese argumento: Somos profesionales, no multinacionales. Eso implica que será más fácil y eficaz saber lo que opinan sobre tu trabajo haciendo una llamada o tomándote un café con alguien que te conoce a tí o a tu trabajo que esperando una corriente de opinión masiva.

Con esto no quiero decir que haya que meterse en una cueva y aislarse del mundo. Lo que pretendo, como siempre, es dar una opinión contrapuesta a la que parece que domina. En realidad, supongo que esto también es conversar. Pero mientras que lo del pobre ruso es una enfermedad, lo tuyo es opcional.





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