No somos empresas
Decía esta semana en Twitter que, tras más de nueve años impulsando el Branding Personal, una de las cosas que más pena me da es no haber conseguido que se entienda que lo más importante es lo PERSONAL y no el Branding ni la visibilidad (y lo dospuntocero mucho menos). De hecho, muchas de las críticas que recibe este concepto por quienes no lo conocen es que deshumaniza a las personas, las convierte en cosas o en productos cuando en realidad pretende justo lo contrario, sacar lo mejor de cada uno.
Siempre he dicho que una marca es una huella, un recuerdo que dejamos en otras personas y que debemos aprender a gestionar ese impacto que generamos. El mundo empresarial lleva décadas desarrollando técnicas para influir (y a veces manipular) esas percepciones.
Por otra parte, uno de los mensajes que no me canso de repetir es que debemos aprender a vender nuestro trabajo para no tener que «vendernos» nosotros mismos (hacer algo que va en contra de nuestros principios a cambio de una compensación). Y para conseguirlo podemos aprovechar algunas de las técnicas y herramientas de posicionamiento de las empresas.
Pero dicho todo esto, me parece absurdo e incluso obsceno llevar al extremo la metáfora de la personaempresa y actuar como individuos sin alma. Yo suelo utilizar el típico tópico del YO S.A. para explicar que si los profesionales queremos sobrevivir y progresar deberemos jugar con las mismas reglas y hablar el mismo lenguaje que quienes necesitan de nuestros servicios. Pero es ridículo pensar que eso pueda llegar a buen puerto si detrás no hay una PERSONA con ideas, valores, emociones y cualidades humanas claras y definidas. Lo de S.A. algunos lo traducen como Sin Alma.
En el mundo dospuntocero esta aplicación directa y sin filtro de conceptos empresariales está llegando a niveles patéticos. Pondré algunos ejemplos.
No todo es Marketing
Uno de los principales errores que se cometen en relación a estos conceptos es confundir los términos de Branding, Marketing y Marca (Jorge Díaz lo explica muy bien aquí). Pero dicho esto, creo que es importante darse cuenta que la visibilidad, la notoriedad, el marketing no lo es todo. De hecho hay infinidad de personas desconocidas que están dejando una Marca Personal muy profunda en su entorno.
Viendo el tiempo que dedican algunos al Marketing Personal en dospuntocerolandia he llegado a la conclusión de que si una empresa dedicase tantos recursos a darse a conocer necesitaría una parte gigantesca de su presupuesto. Una empresa puede tener un departamento de marketing pero un profesional tiene muchas otras cosas que hacer y no puede dedicar su principal recurso, el tiempo, a promocionarse en todas las plataformas de Social Media que existen.
En resumen, hay que utilizar las herramientas de visibilidad, pero sin olvidar que es sólo una parte y no la más importante de una estrategia profesional.
Crisis y reputación en Internet
Dicen que una de las técnicas de venta (o más bien manipulación) es la de meter miedo. Desde que empezamos a utilizar Internet ha surgido mucha gente que se ha dedicado a asustarnos. Desde los fraudes de comercio electrónico a las consecuencias de los videojuegos. Pero con el auge de los Social Media se ha generado un negocio alrededor de la reputación digital basado en loquemepodríapasarsinocuidoloqueapareceenGoogle.
Con esa tendencia a asumir que las personas somos empresas nos han llegado a convencer de que debemos estar vigilando constantemente nuestra reputación en La Red para que no nos caigan todos los males del mundo. Pero déjame que te cuente un secreto, tu no eres IKEA ni TOYOTA ni Justin Bieber.
Además hay otro factor que potencia esta sensación, el «ombliguismo» o pensar que por tener 50, 500, 5000 o 50.000 «followers», «amigos» o «fans» está todo el mundo pendiente de tí. Pues ya te digo que no. Si cualquiera de los que hacemos algo de ruido en La Red desaparecemos un par de meses, nadie nos echará de menos.
Así que no te preocupes tanto por controlar tu reputación porque además de inutil es un poco patético pensar que eres el centro de atención de alguien que no sea tu familia (y tampoco siempre).
Control e influencia
Por no extenderme más terminaré con otra de las obsesiones derivadas de la mentalidad personaempresa. Me refiero a esa tendencia a medirlo todo, desde la ¿influencia? hasta las visitas al baño de un Starbucks para chequear en Foursquare.
¿De verdad crees que un Klout o similar va a decir si eres influyente o no? ¿No crees que es absurdo criticar al Branding Personal porque puede parecer algo egocéntrico y pensar que hay gente a la que le interese tu puntuación en Karmacracy, que hayas conseguido un record en un juego online o el tiempo que has tardado en hacer tu recorrido mañanero?
Entiendo que una empresa debe controlar ciertas variables pero normalmente incluyen muchas más cosas que las relacionadas con el marketing o la visibilidad. ¿Dedicas el mismo esfuerzo a controlar lo que aprendes o la relación con tus hijos que al Google Analytics? ¿Tienes el mismo interés en controlar tu salud que el número de «followers» en Twitter?
Conclusión
Si, los profesionales podemos utilizar ciertas herramientas y técnicas empresariales para sobrevivir y progresar en el nuevo entorno económico. Pero eso no implica convertirnos en personaempresa.
Preocúpate más por hacer un buen trabajo y exponerlo en un sitio digno para que lo encuentre quién desea conocerlo que por pasarte el día pregonando tu existencia.
Y sobre todo no olvides que antes que empresa, marca, «influencer» o gurú eres una PERSONA y si eso no lo tienes claro, todo lo demás acaba siendo irrelevante. La vida es demasiado corta para perderla en chorradas.