Presencia y Omnipresencia

Hace no mucho tiempo, en una galaxia muy cercana… llegamos a creer que cualquiera, desde su casa y con un ordenador, podría llegar a codearse con cualquier empresa o persona «importante». Poco a poco hemos visto que las cosas vuelven a su cauce y el «sistema» recupera el orden natural. Quienes tienen los medios y los recursos empiezan a recuperar el espacio perdido, The Winner Takes It All.

A muchos de los que, hace ocho, nueve o diez años, empezamos a escribir un blog y a tener una actividad más o menos rutinaria en La Red (todavía no era dospuntocerolandia) no nos costó demasiado hacernos un hueco en la mente de quienes empezaban a pulular por aquí. No había ningún secreto, simplemente con estar y hacerlo medianamente bien, conseguías tus 15 Mb de gloria.

Por otra parte, las empresas y las organizaciones, siempre temerosas (especialmente tras la primera burbuja de Internet) consideraron que lo mejor era esperar y ver. Los gurús de La Red siempre han criticado la miopía de las empresas en lo que respecta a Internet, pero con los años vemos que las empresas siguen y los gurús-profetas desaparecen (o trabajan para las empresas que iban a hundirse).

Con el tiempo, y los Social Media, las cosas empezaron a cambiar. Poco a poco fueron surgiendo herramientas y aplicaciones «revolucionarias e imprescindibles» cada quince minutos. A uno le miraban con cara de tonto cuando decía que no le veía mayor relevancia al Second Life, Pinterest o Klout de turno. Pero la carga de trabajo para mantenerse en la primera página de Google se hacía cada vez mayor. La inversión en nuestro principal recurso, el tiempo, crecía y crecía esperando un resultado que no llegaba.

Al principio era relativamente facil obtener resultados si se invertía un tiempo y un esfuerzo aceptable en Internet. Hoy, dospuntocerolandia se ha convertido en algo así como el nuevo Mito de Sísifo en el que cada día hay que empezar de nuevo sin la garantía de que vayan a mejorar las cosas. Más bien al contrario. Nos pasamos el día trabajando para los Zuckerbergs del mundo.

En este momento, para poder sacar un poco la cabeza en el océano virtual, hay que estar omnipresente, hay que echar carbón constantemente en las calderas de las Redes Sociales y demás parafernalia «social». Y todo eso de forma gratuita y sin ofender a la audiencia insinuando que estás tratando de vender algo.

El punto en el que se cruzan las líneas del esfuerzo y los resultados está cada día más alejado. La cuestión es ¿En qué momento hay que plantarse? o quizás, desde el punto de vista de la Marca Personal deberíamos plantearnos otra pregunta ¿Es necesario estar omnipresente o simplemente se trata de estar presente?


Creo que he dicho aquí alguna vez que para mi, La Red, es cada día más, una especie de escaparate, de catálogo, de «portfolio», un lugar en el que expones tu mejor mercancía. Hace tiempo que dejé de considerar a dospuntocerolandia como una sirena ruidosa o unas luces de neón para llamar la atención de algo, que quizás, no merece la pena. La razón es sencilla, siempre va a haber gente que grite más fuerte o que tenga más recursos (o menos cosas que hacer) que tú (empresas, profesionales de la autopromoción, egos hipertrofiados,…).

Creo que estar omnipresente (Facebook, Twitter, blog, LinkedIn, Pinterest, Slideshare, YouTube,…) es sencillamente imposible para un simple humano. Así que, poco a poco, quienes disponen de presupuesto, personas o recursos irán recuperando el terreno perdido si consideran que merece la pena el esfuerzo, y eso no lo tengo tan claro. Quienes no podamos mantener el ritmo acabaremos ocupando el lugar que nos corresponde, la quinta o sexta página de Google (si Google no decide eliminar el buscador como está haciendo con todo).

Creo que una estrategia correcta de Branding Personal implica hacer un uso óptimo de las herramientas de visibilidad (online y offline) y eso implica escoger el nicho adecuado (tus «followers» no suelen ser tus clientes) y los canales idóneos para llegar a tu audiencia.

Pretender estar en todas partes esperando que salte la liebre es algo que sólo se les permite a las divinidades o a quienes disponen de recursos o poderes mágicos. Se llama OMNIPRESENCIA.

Se trata de tener una PRESENCIA frente a quienes pueden proporcionarte los recursos para salir adelante. Se trata de utilizar tu blog para que la persona a la que has entregado tu tarjeta de visita en un evento de Networking pueda saber más sobre tí o sobre tu trabajo. Se trata de decir las cosas que piensas a quienes quieres que «compren» tu mercancía no de perder el tiempo diciendo cosas «cool» y «Hello Kitty» para caer bien.

Si no eres ni un dios ni una multinacional es mejor que hagas un análisis adecuado de tus recursos y escojas los canales de Marketing Personal apropiados. Tratar de estar en todas partes en todo momento es como intentar parar un Tsunami con la palma de la mano. Vas a acabar ahogado.

Mi recomendación, desde el punto de vista del Branding Personal es que trates de crear una oferta profesional de primer nivel, prepárate, estudia, experimenta y una vez que tengas eso, elijas las dos o tres herramientas (online u offline) que mejor te conectan con quienes quieres que te elijan. Y sobre todo, que lo hagas de forma constante y sin desfallecer (por eso es mejor que midas bien tus fuerzas y tus batallas).





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