Si, pero…

Fin de la desconexión. Ya estoy de vuelta tras desaparecer una semana de dospuntocerolandia. Han sido unos días estupendos para aclarar ideas y tomar algunas decisiones. Pero vamos al tajo.

Precisamente los días anteriores a Semana Santa intervine en varios cursos y ponencias en los que comprobé, una vez más, cual es el mayor escollo a la hora de desarrollar una Marca Personal memorable. Me explico.

Todos los días aparecen, al menos, media docena de posts o tuits en los que alguien escribe algún decálogo o lista de consejos sobre cómo «crear» una Marca Personal o sobre el modo de hacerla visible en Internet (Por cierto, eso es Marketing Personal, no Branding Personal). Pero pocas veces veo que alguien haga referencia a la principal dificultad de todas, a la barrera que separa a quienes tienen una Marca Personal valorada y al resto, que son la inmensa mayoría. Me refiero a la dificultad de hacer lo correcto.

No me cansaré de repetir aquí que la principal característica de una marca fuerte, personal o comercial, es la confianza. Y eso se consigue demostrando una y otra vez que eres capaz de mantener un comportamiento coherente e íntegro, especialmente en los momentos más complicados. Pues bien, esto que es tan fácil de decir es muy complicado de hacer.

Para entender lo duro que puede ser mantenerse firme y reforzar tu posicionamiento no hace falta rebuscar ejemplos heroícos o extraños. Todos los días nos enfrentamos a situaciones en las que se ponen a prueba nuestros valores y principios. Y me temo que la mayoría de nosotros acabamos sucumbiendo y tomando el camino menos problemático.

Cuando optamos por lo fácil en lugar de lo correcto estamos debilitando o destruyendo nuestra Marca Personal por mucho tiempo que le dediques a las Redes Sociales o por muy chulo que sea tu avatar en Twitter o tu perfil en LinkedIn. Pero pondré un ejemplo muy actual.

Hace ya bastante tiempo (antes de la crisis) tuve que impartir algunos cursos «alimenticios» a gente joven que se incorporaba a una caja de ahorros importante. Una de las cosas que me comentaban es que estaban sometidos a mucha presión para «colocar» productos financieros a grupos de clientes poco preparados pero que aceptaban su palabra porque confiaban en ellos. Algunos de estos jóvenes profesionales no lo veían bien pero «tenían» que hacerlo para que no les echasen. Otros simplemente estaban encantados porque les permitía ascender rapidamente.


Hoy vemos lo que ha ocurrido. No es mi intención debatir sobre los errores de los clientes o los pecados de los bancos. Lo que me importa es el papel de los profesionales de todos los niveles que actuaron como «complices» para que esta situación se produjese.

Estoy convencido que muchos de quienes colocaron «preferentes», hipotecas impagables o simplemente productos financieros infumables a jubilados o gente que confiaba en su palabra sabían que aquello no estaba bien. Pero siguieron haciéndolo para conseguir ese ascenso o simplemente para que no les echasen. Y ahí es donde entra el «SI, PERO…». Si, ya sé que no estoy haciendo lo correcto, pero… (tengo que pagar mi hipoteca, voy a tener un hijo, acabo de comprarme un coche…).

Con el tiempo ha ocurrido lo que tenía que ocurrir y todo se ha desmoronado. Ha dejado al descubierto las vergüenzas de los bancos y algo más grave, las de quienes actuaron como ejecutores. La marca de las entidades financieras está por los suelos pero también la Marca Personal de quienes no supieron, no «pudieron» o no quisieron decir que no.

Pero antes de tirar la primera piedra o señalar con un dedo acusador piensa en tu comportamiento. Seguro que casi cada día te enfrentas a situaciones de mayor o menor relevancia en las que se ponen a prueba tus valores y en las que no siempre haces lo correcto (Si, pero…). No es que no tengas valores, todos los tenemos, lo que ocurre es que estas situaciones son las que te muestran realmente cuales son los que te definen, los que dicen lo que es importante para tí.

Y esa es la gran dificultad del Branding Personal. Imagínate que los individuos que tomamos como ejemplo de Marca Personal a lo largo de la historia hubiesen aceptado cualquier apaño o que las grandes marcas comerciales no mantuviesen la calidad de sus productos o servicios a toda costa. En este momento no estaríamos pensando en Mandela, Apple, Teresa de Calcuta o Coca Cola. Aunque siempre podríamos recurrir a un ejemplo muy de estas fechas, a Pilatos que se lavó las manos (Si, pero…).

Con frecuencia me escriben o me dicen que esto que cuento está muy bien, pero… es muy complicado mantenerse firme. Lo sé. Y por eso es tan dificil dejar una huella, una Marca Personal memorable. No se trata de gestionar bien Facebook, de escribir un libro o de hacer mucho Networking sino de hacerlo de forma coherente y demostrando cada día que eres capaz de defender tus valores.

Si, pero…


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