Formatos

En las últimas semanas mi actividad dospuntocero se ha reducido mucho porque he estado de viaje una gran parte del tiempo (Valencia, Bilbao, Málaga,…). Poder ir a distintos lugares para impartir cursos es una de las cosas con las que más disfruto, pero también me ha hecho pensar en el hecho de que mi «producto» depende de mi «cuerpo».

Para poder realizar mi trabajo tengo que mover «átomos» cuando, en realidad, lo que proporciono son «bits» en forma de información y conocimientos. Podría decirse de un modo metafórico y muy simplificadamente que soy algo así como un pendrive humano. También podría decirse que estoy en la nube, pero esa es otra historia.

Michael E. Gerber ya nos decía en El mito del emprendedor que si un negocio depende de la presencia física de su creador es lo más parecido a un empleo. Lo que Gerber proponía es encontrar el modo de procedimentar, empaquetar o convertir la esencia del negocio en algo reproducible o franquiciable.

Evidentemente no todo puede paquetizarse. Incluso cuando se trata de cuestiones relacionadas con el conocimiento, hay aspectos que requieren de la presencia física de alguien. Sin embargo, creo que es interesante plantearse la posibilidad de desarrollar nuevos formatos para obtener un rendimiento mayor de nuestro trabajo.


Durante siglos, la música, el suministro de agua o la formación requerían que alguien estuviese presente y llevase el «producto» a donde se necesita. Hoy podemos escuchar la canción que queramos, abrir un grifo o ver una charla en TED.com para poder conseguirlo.

La cuestión es, ¿Podemos encontrar nuevos formatos para vender nuestra oferta profesional? Y no me refiero sólo a los consultores o formadores sino a cualquier profesional del conocimiento, a cualquier persona que se pase el día en un cubículo delante de un ordenador.

Piénsalo un poco. Si te dedicas a las compras, a la selección de personas, a las ventas o a la contabilidad, ¿De verdad necesitas trasladarte cada día a una oficina y perder dos o tres horas de tu vida en mover tu cuerpo? ¿Realmente tienes que coger dos o tres aviones a la semana para mantener reuniones de cuarenta minutos en la otra punta del país? ¿Crees que necesitas estar físicamente sentado al lado del despacho de un jefe al que no vas a ver casi nunca y con el que sólo te comunicas por teléfono o correo electrónico?

En cualquier caso, un empleo no es nada más que una situación temporal, inestable y cada día menos rentable de ganarse la vida. ¿No crees que sería interesante encontrar nuevas formas de sacar partido a tu experiencia y conocimientos? El mejor plan de pensiones consiste en crear algo valioso que pueda proporcionarte rendimiento durante algún tiempo.

En este momento tienes la posibilidad de crear cursos online, libros electrónicos que puedes vender en Amazon, webinarios, programas de formación en Moodle, vídeos, podcasts,… Puedes convertir tus conocimientos de cualquier tema que conozcas en métodos, programas o sistemas.

No digo que vayas a forrarte (o quizás si), lo que trato de decirte es que si sigues pensando que hay un único formato para vender tu trabajo vas a depender demasiado de las circunstancias del entorno y de las tuyas propias. En realidad, lo que trato de decirte es que no tienes que esperar a que haya trabajo sino que puedes empezar a crear tu propio trabajo. Ya no tienes que esperar a que aparezca una oferta de empleo, sino que tu mente deberá centrarse en buscar «clientes». Ese cambio de actitud puede ser definitivo.

Por otra parte, al pensar en nuevas formas de entregar tu trabajo te obligas a sintetizar, organizar y comunicar mejor lo que te hace valioso. Vale, quizás no consigas resultados rápidos pero, al menos estarás haciendo algo relacionado con lo tuyo y quizas hasta te haga sentir mejor. Y aunque no tengas trabajo nunca podrá decir nadie (empezando por tí) que tu situación es la de parado/a.

Evidentemente será más fácil que tengas éxito en todo esto si te has posicionado como un profesional con Marca Personal. Pero es un camino de dos sentidos.

Si haces un buen trabajo en distintos formatos, poco a poco te irás convirtiendo en un referente en lo tuyo (sea lo que sea). Si eres capaz de generar buenos «productos», tu nombre estará asociado a algo valioso y de este modo aumentarán tus opciones y tu valor. Pero si has conseguido que piensen en tí como en un profesional serio y relevante te será más fácil que compren tus creaciones.

Dale unas vueltas, piensa de qué modo puedes convertir tu experiencia y conocimientos en algo útil, paquetizable y vendible. Pero eso si, no esperes resultados rápidos ni milagrosos, esta es una inversión a medio o largo plazo, pero puede ayudarte a evitar o, al menos a suavizar, las situaciones difíciles.





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