¿Qué tal me sienta este nombre?

Imagina que das un curso de ocho o diez horas explicando como crear tu Plan Estratégico de Branding Personal. Durante ese tiempo que compartes con los asistentes explicas todo el proceso y hablas de objetivos, de valores, de creencias, de oferta profesional, de herramientas de comunicación, de recursos, de persuasión, de «storytelling», de proyectos, de…

Antes de terminar organizas una última ronda de preguntas por si queda alguna duda y esperas que alguien te plantee algo realmente estratégico. Sin embargo, la mayoría de las preguntas son del estilo ¿Cual debería ser el nombre de mi blog? o ¿Es mejor una URL .es o .net?

Pues no lo imagines más. Esa situación es deprimentemente habitual. Cada día me doy cuenta de aquello de que «cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo», es el pan de cada día. Parece que estamos programados para ir a lo fácil, para centrarnos en el mínimo esfuerzo. Para preocuparnos más por la forma que por el fondo, por lo cómodo que por lo que realmente requiere sangre, sudor y lágrimas.

Quizás podría pensar que en mis cursos lo explico todo de un modo dan increiblemente perfecto que las únicas dudas que quedan son puramente superficiales. Pero no es así. Llevo casi diez años trabajando en esto de la Marca Personal y cada día aprendo cosas nuevas. Así que supongo que si alguien se acerca por primera vez al tema tendrá montones de cosas importantes que le gustaría saber además de si su URL debe tener un guión intermedio o no o si su avatar de Twitter es «bueno» para su Marca Personal.

Parece que mucha gente no se da cuenta o no quiere entender que lo importante no es el NOMBRE sino el HOMBRE (o la MUJER, pero no rima con nombre). Supongo que hay quienes piensan que un nombre chulo es suficiente. He visto a montones de aprendices de emprendedores que antes de pensar en cómo pueden ganar dinero dedican tiempo y recursos a crear un logo o una denominación. Incluso he conocido gente a la que se le ha ocurrido un nombre «ingenioso» creyendo que con eso se comería el mundo… y ahí se ha quedado.


El nombre, el logo, el eslogan o cualquier otro instrumento de imagen será util siempre y cuando esté asociado a un profesional, una oferta o un beneficio claro y relevante. La manzana de Apple o el dibujo de NIKE son importantes porque tras ellos hay buenos productos. Eso es lo que les distingue y no al revés.

El mejor nombre que puede utilizar un profesional (emprendedor, empleado, desempleado, empresario,…) es el suyo propio. Salvo que seas El Artista antes conocido como Prince es absurdo que pierdas más de diez minutos en buscar un nombre o un logo «creativo» para poner en tus tarjetas. ¿Crees que Antonio Lopez necesita un nombre más «glamouroso» para que se reconozca su trabajo?

El problema de encontrar un nombre «guay» para tu trabajo, blog o sitio en alguna de las herramientas de Social Media es que nadie va a buscarlo así. Seguramente buscarán a alguien que haga lo que ofreces y, si te lo has currado, quizás te busquen por tu nombre y apellidos pero nadie va a buscar algo así como TheGreatCommunityManagerExecutiveCoachingandMegaguruandlaMadrequemePario.com

Si quieres dejar huella, te recomiendo que centres tus esfuerzos en hacer algo que merezca la pena, trabajar para mejorar cada día y mostrar y demostrar que eres capaz de hacerlo bien. Con el tiempo es probable que tu trabajo sea recompensado y reconocido y entonces te darás cuenta que no necesitas un nombre, un logo o un avatar porque quienes te necesitan te van a encontrar.

laformuladelexitoproductividadextremaNOTA: Ya que te recomiendo que centres tus esfuerzos en aprender y mejorar y como estamos en época preveraniega en la que tenemos tiempo para leer, aquí tienes dos libros excelentes para aprender unas cuantas cosas. La fórmula del éxito de Chris Brogan y Julien Smith y Productividad Extrema de Robert C. Pozen ambos en Gestión 2000





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