No trabajo para Google

¡Déjame en paz!
que no me quiero salvar
y que me dejes peor que mal.
¡Déjame en paz!
que no me quiero salvar
en el infierno no estoy tan mal.

Siempre aparece un redentor
para vendernos el favor
dice tener la solución
para sacarnos del error
no necesito de un tutor
prefiero equivocarme yo
no me prometan salvación
que se me ablanda el corazón.

¡Déjame en paz! Victor Manuel

Hace unos días, mientras esperaba para dar una conferencia, me entretenía hablando con un grupo de profesionales del periodismo y del mundo dospuntocero. Los expertos en SEO y en Community Management decían a los periodistas que se estaban equivocando en la forma de escribir. Les aconsejaban que redactasen sus artículos para ajustarse a las reglas de los buscadores.

Esta semana un amigo que estuvo viendo mi blog me envió una lista de recomendaciones para mejorar mi posicionamiento y mi visibilidad (poner títulos más atractivos para Google, divulgar mis contenidos a diestro y siniestro,…). Lo cierto es que, aunque no me puedo quejar, sé que hay muchas formas de hacer más ruido en dospuntocerolandia.

Si no hago caso a las recomendaciones de mi amigo o de muchos «expertos» en dospuntocerolancia no se debe a un problema técnico o de falta de conocimientos, es mucho más simple, es que no me da la gana. No tengo intención de pasar por el aro de lo que diga un oscuro algoritmo mutante.

Si trabajo por mi cuenta es, entre otras razones, para no tener jefes, así que a mi edad no voy a dedicarme a hacer las cosas en función de lo que Godgle ordene. Seguiré escribiendo post absurdamente largos, tuiteando cuando se me ocurra y pasando mucho de Facebooks y similares.

Seguramente estarás pensando que estoy gilipollas y que hay que adaptarse a las reglas de comportamiento que establecen las nuevas herramientas. Y seguro que tienes razón en lo primero pero no en lo segundo. El problema es que hemos acabado asumiendo como un dogma infalible que si no estás en Internet no existes (ahora parece que la frase más bien sería  «si no dedicas media vida a Internet no existes»). Y eso es mentira (aunque La Red está llena de sitios con frases patéticas del estilo «crea tu Marca Personal en Internet y ganarás mucho dinero»)

¿Eso significa que hay que despreciar lo dospuntocero? De ninguna manera, de hecho aquí estoy yo a las 6:33 cumpliendo con mi rutina y pagando mi peaje para seguir siendo visible. Pero otra cosa es que esto se convierta en una nueva versión de la carrera de la rata.


Por otra parte creo que se están metiendo a calzador a los profesionales y a las personas dogmas de posicionamiento en Internet que corresponden a las empresas. No digo que Coca Cola o Samsung no deban tener un ejército de Community Managers y expertos dospuntocero. Lo que digo es que eso no es aplicable a los profesionales sin pasar por un filtro. Especialmente a aquellos que, como yo, tenemos cosas más importantes que hacer para sobrevivir primero y progresar después.

Los profesionales debemos hacer lo posible en primer lugar para estar en La Red y en segundo lugar para ser fácilmente encontrables. Pero es absurdo e ineficiente desviar tus recursos (principalmente tiempo) a competir eternamente por ocupar una posición en los buscadores que puede, quizás, tal vez, acaso te sirva para que alguien en algún momento llegue a tu sitio en La Red.

Pero también hay una cuestión moral y de valores. Si seguimos adaptando nuestras acciones y nuestras creaciones a lo que nos exigen los nuevos señores feudales dospuntocero algún día nuestros hijos o nietos nos preguntarán porqué escribíamos todos igual y porqué nos comportábamos de un modo similar. La respuesta es sencilla, porque trabajábamos para un jefe sin cara y ojos que llamábamos Social Media y encima lo hacíamos felices, contentos e incluso agradecidos (como en la escena de la valla de Tom Sawyer).

Al principio te hablaba de la conversación entre periodistas y dospuntocerolenses. Y tengo que decir que al escucharla me daba pena pensar que un periodista, una persona que utiliza la palabra escrita para expresar lo mejor de sí misma deba dejar de lado su singularidad para que el nuevo jefe Google se ponga contento. Pero eso de decir lo que el jefe quiere escuchar ¿No es lo que siempre hemos criticado de los «pelotas»?

Ahora que se habla tanto de diferenciarse para dejar tu Marca Personal parece que a todo el mundo le dan los mismos consejos que te convierten en «commodity».

Ahora que se habla tanto del derecho a decidir, yo quiero aplicármelo a mi mismo. No quiero hacer lo que ordene el gran emperador digital. Quizás pierda privilegios, quizás no aparezca en las primeras (ni segundas, ni terceras) páginas de Google. Pero si quieres dejar huella debes seguir tus propias reglas. Quizás no aparezcas bien «posicionado» pero te vas a quedar muy a gusto.

Pero además si crees que un profesional como tu no puede progresar sin Google (haciendo un uso razonable), entonces realmente tienes un problema. En primer lugar porque para un profesional la vida «real» sigue ofreciendo muchas más oportunidades que la «virtual». En segundo lugar porque parapetarse tras una pantalla pensando que lo que haces es lo correcto es una excusa perfecta para no mover un dedo.

Despierta, Google no es tu jefe y no tienes que basar tus acciones y tu comportamiento en lo que te diga. Por cierto, si Bill Gates se hubiese metido en nuestras vidas una décima parte de lo que está haciendo Google habríamos ido a su casa con palos y antorchas para quemarlo en la hoguera.


Compartir esta publicacion