¿Qué sería de tu Marca Personal si hoy desapareciese Internet?
La pregunta del título puede parecer absurda y seguramente lo es, pero, aunque es poco probable que súbitamente desaparezca La Red, quizás estamos depositando nuestro capital profesional en arenas movedizas.
Sin ir más lejos, esta semana circulaba el rumor de que Twitter iba a cambiar el modo en el que iba a publicar los tuits, de forma que dejaríamos de verlos de forma cronológica para que apareciesen por orden de importancia. No sé que efecto puede tener eso, pero lo importante es que son otros los que condicionan tu forma de hacer las cosas.
Estos días también se hablaba de la «desaparición» de Tuenti. Yo nunca he utilizado esa red social pero por los comentarios de los usuarios, parece que no está claro que estos puedan recuperar las fotografías que han subido (aunque quizás eso sea lo mejor que les puede pasar).
Y parece que hay una especie de fiebre para cerrar sitios y comunidades en La Red (como el clásico fotolog). En realidad es lógico, es ley de vida, especialmente en un entorno tan volátil y sin un modo claro de generar ingresos. Pero esto debería hacernos pensar hasta qué punto estamos poniendo nuestros huevos profesionales y personales en las cestas adecuadas.
Quienes se empeñan en que hay que estar en dospuntocerolandia para poder dejar (o «tener» como dicen equivocadamente) una Marca Personal suelen olvidar que hay sitios y canales más adecuados que otros y, sobre todo, que es fundamental encontrar formas más duraderas de generar un impacto memorable.
El problema de muchos usuarios de Internet es que tienen tendencia a pensar a corto (o cortísimo) plazo mientras que una carrera profesional se prolonga durante varias décadas y tu estrategia de Branding Personal dura toda una vida. Así que, antes de dedicar tiempo, tu recurso más escaso, a alimentar un canal de Marketing Personal evalúa si te va a merecer la pena perderlo todo por poner tu trabajo y esfuerzo en manos de terceros.
El panorama que vemos hoy no se parece nada al de hace siete años y no se parecerá en nada al de dentro de dos años. Por ejemplo, en el año 2007, Facebook tenía 50 millones de usuarios (hoy tiene unos 1350 millones) y MySpace tenía unos 180 millones. Hoy mira donde está cada uno. Pero la cuestión es ¿es lógico centrarse en un medio que puede desaparecer y arrastrar con él tus esfuerzos e ilusiones depositadas durante meses o años? Yo creo que no. Pienso que ya llevamos un tiempo en esto de las «nuevas tecnologías» como para pensar de un modo más estratégico.
Vale, vale, ya sé que si tienes 17, 20 o 25 años, pensar en lo que ocurrió hace siete años supone casi un tercio de tu vida, pero tarde o temprano te darás cuenta que el tiempo pasa muy rápido y que hay que buscar algo más estable a lo que agarrarse.
Si queremos dejar huella y pretendemos construir nuestro posicionamiento profesional sobre bases sólidas, tendremos que encontrar canales más permanentes y que produzcan un efecto más duradero.
Crea contenidos que no dependan de una Red Social
Cuando hablo de canales permanentes me refiero a aquellos capaces de almacenar tus ideas y propuestas en formatos más sólidos (aunque sean virtuales). Vale, evidentemente no todo el mundo va a escribir libros, pero quizás deberíamos empezar a crear documentos o publicaciones que podamos almacenar en un disco duro, en la nube o en papel. Y aquí si puede ser interesante usar los Medios Sociales pero no como soporte sino como canal de distribución de esos contenidos. Vamos que es mejor que crees un documento en pdf descargable y lo compartas en una Red Social a que ese contenido lo pegues en el muro de Facebook.
No te pongas en manos de terceros
Existe una tendencia a defender que hay que estar en redes sociales con decenas de miles de usuarios simplemente porque hay decenas de miles de usuarios, pero para mí ese es un error. He dicho alguna vez que actualmente hay tantos usuarios en Facebook como habitantes en China y, sin embargo, pensamos que es mucho más fácil triunfar en Facebook que en China. Pero lo peor es que en una Red Social dependes de su dueño. Vas a tener que adaptarte a sus condiciones y te van a convertir en una pieza más de su engranaje. Por eso creo que es fundamental tener un canal propio de comunicación. Y aunque me llames pesado, el Santo Grial de esto que te comento es el blog. Es tuyo, es multimedia, no tiene límites, es personalizable, es almacenable y exportable, es… tuyo.
Despégate de la pantalla
Por último te voy a recomendar un canal que posiblemente es el más volátil de todos. Me refiero a las relaciones personales directas, las de tocar, ver, oír y oler. Es cierto que salir al mundo real y mantener una conversación es algo que requiere más esfuerzo que hacer clic a un Me Gusta. Llegas a menos gente y además es mucho más difícil decir Me gusta en el mundo real que en una Red Social. Sin embargo, el efecto de una conversación cara a cara es infinitamente más efectivo que horas y horas de tecleo. Quizás llegue un día en el que desaparezca Internet, pero esa gente con la que has pasado un buen rato te seguirá recordando.